Cuando entré a estudiar periodismo y comunicación social hace varios años, tuve varios cursos centrados en el sentido de las comunicaciones. En lo relevante del oficio y el rol social que éste conllevaba. El tema de trabajar la verdad, la preponderancia del “por qué” y la necesidad de la libertad en las decisiones eran puntos clave de toda la carrera, pero pocas veces se explicitaba el papel transformador que el periodismo tenía en la vida de uno y sobre los demás. Hoy, con algunos años más en el ruedo, me doy cuenta de lo esencial que esto es. Las comunicaciones pueden ayudar a tomar mejores elecciones en nuestro día a día, pero más allá de eso, son también una herramienta necesaria para ofrecer nuevas miradas, visiones desde otra óptica, una que promueva la alegría y la confianza. Algo que transforme la realidad. Y la verdad es que eso se nos estaba quedando fuera de la receta.

Por eso cuando me ofrecieron sumarme a participar de El Definido la respuesta fue un automático, necesitado y rotundo sí. La propuesta era diferente, innovadora, consecuente, atrevida, pero por sobre todo transformadora. Desde los inicios de este emprendimiento, lo que se buscaba era restablecer un camino que se había quedado obtuso entre tanta necesidad de ruido, golpes noticiosos, noticias alarmantes y desconcierto: el camino de las buenas ideas. Las que merecen un aplauso, las que entregan otra mirada, las que restablecen la confianza en las personas, las propias instituciones e incluso en uno mismo. “Una de nuestras motivaciones, es hacer algo por restablecer confianzas, mostrar que no todo está mal, que no todo el mundo es corrupto y que en todos los lugares, siempre se pueden encontrar ejemplos de personas que sí están construyendo un mundo mejor”, según lo que se lee en las propias declaraciones de principios del diario.

Un estatuto atrevido y valiente, que se puede enmarcar sin problemas entre lo que hoy las empresas B hacen en Chile y en el mundo. Tratar –en su propia línea de acción– aportar para el desarrollo social del lugar donde se enmarca. Un modelo que en El Definido y en algunos ejemplos de B Corps está dando resultados, atrayendo cada vez a más personas que quieren hacerse parte de este tipo de iniciativas, aportando desde su vereda y con su expertise. Yo fui uno de ellos.

Por eso la invitación ahora es a transmitir e infectar con esta forma distinta de comunicar. Para que las buenas noticias sean parte de la vida diaria de todos y así tengan la vitrina suficiente que se merecen, democratizando el sentido de pertenencia, la alegría y la libertad. Para que cada mañana después de leer acá o en otros medios sobre las nuevas ideas que están iluminando una generación, podamos hacernos parte de ellas y así preparemos el combustible necesario para un cambio profundo en nuestra sociedad. Amplifiquemos ese sonido brillante. Es nuestra pega.