Nica: Por qué Chris Pratt no debe ser Indiana Jones

Esta semana don Hermes utiliza su sabiduría para advertirle a Disney que poner a Chris Pratt como Indiana Jones puede ser un error fatal y propone su solución para que continúe la franquicia.

Por Hermes Antonio | 2015-01-30 | 17:00
Tags | James Bond, Chris Pratt, película, Disney, actor, protagonista, franquicia

El otro día quedó la grande. Internet explotó con la noticia de que Disney quería reiniciar la franquicia de Indiana Jones, el arqueólogo con complejo de domador de leones. Claro, los perlas se gastaron chorromil millones de dólares comprándole los derechos a George Lucas y no iban a perder la oportunidad de imprimir billetes con nuevas películas del compadre arrancando de los nazis y/o rescatando reliquias. Dónde la viste.

Pero bueno, eso no era lo importante de la noticia, en todo caso. Lo importante es que Disney querría al simpaticón del Chris Pratt para ponerse el sombrero, la chaqueta de cuero y el bolsito hipster. Chris Pratt, que todos conocimos como el guatón inmaduro de Parks and Recreation y que el año pasado la rompió haciendo la voz del protagonista en The Lego Movie y después como “Starlord” en Guardianes de la Galaxia de Marvel, papel para el cual adelgazó y sacó calugas, para dejarnos a todos los guatacas como unos flojos sin fuerza de voluntad. El 2015 va a pelear con dinosaurios en Jurassic World y ahora todo el mundo está rendido a sus pies, otra lección para la población gordinflas.

Y con toda la buena onda que le tengo al compadre, debo alzar mi puño al viento como el abuelo Simpson y gritarle a las nubes que no. Chris Pratt no puede ser Indiana Jones. Chris Pratt no debe ser Indiana Jones.

Lo primero, Disney, es que Indiana Jones no es una “franquicia” ni un “universo” lleno de elementos y personajes secundarios con los que jugar como Star Wars, Marvel, Los Muppets, o cualquiera otra de tus adquisiciones. Indiana Jones es un personaje increíble que vive aventuras maestras (algunas más maestras que otras, hay que decirlo) y el alma del personaje existe gracias a dos personas sin las cuales Indiana Jonesno existe. Escúchenme con atención: Sin estas dos personas no hay Indiana Jones, así de simple. Este compadre no es como James Bond tampoco así que no se puede cambiar al actor así como si nada. No es Batman tampoco, ni Drácula. Esos personajes tienen rostros intercambiables porque son mucho más que un actor. Son novelas que existieron mucho antes que sus películas, son cómics, son una tradición de películas a lo largo de los años, y creer que Indiana Jones va a aguantar un relevo es no entender Indiana Jones.

Bueno como les iba diciendo, Indiana Jones existe gracias a dos personas. Una es Harrison Ford que lo interpretó a la perfección, y el otro es el director Steven Spielberg, que supo hacer de sus aventuras algo único e irrepetible, que todo el mundo quiere imitar sin éxito, incluyendo él mismo. Ese equilibrio perfecto entre humor, escenas de riesgo, imágenes inolvidables, ritmo impecable y ridiculeces es tan importante en el mito de Indiana Jones como el látigo, el sombrero y la cancioncita. ¿Han pensado en quién va a poder replicar eso en el “reinicio”? Seguro pueden encontrar a algún “imitador” de Spielberg que trate de copiar su estilo, incluso puede que le quede a toda roja, pero para qué estamos con cosas. Si parten imitando un estilo ya perdimos la mitad de la batalla.

Y esto nos lleva al segundo gran responsable de que Indiana Jones sea Indiana Jones, Harrison Ford. De alguna manera nuestro amigo, que ya había alcanzado el cielo nerd con su Han Solo, consiguió elevar lo que en papel debe haber sido ahí no más: Un arqueólogo piola que hace clases con anteojos cuyas alumnas se escriben “te amo” en los párpados para distraerlo, y que cuando anda en la selva buscando reliquias se disfraza de Humphrey Bogart en El tesoro de la Sierra Madre y usa el látigo para saltar obstáculos, desarmar contrincantes, enlazar minurris, etc. todo sin nunca perder su onda “cool” pese a que le pasan cosas increíblemente graciosas y extremas.

Esa es la gracia de Indiana Jones, que el compadre tiene todo para ser James Bond, pero no puede evitar meterse en forros graciosos y ridículos. Como cuando el nazi lo pilla poniéndose el uniforme y lo empieza a retar hasta que el otro pierde la paciencia y le aforra. O cuando quiere dispararle a los espadachines y descubre que no tiene su pistola y que va a tener que pelear. O cuando se topa cara a cara con Hitler y el otro le hace un autógrafo en el diario que todo Alemania anda buscando. Todo eso es gracioso porque Indiana Jones está por sobre esas tonteras, y es gracioso que tenga que rebajarse al nivel de persona normal y poner caritas. Cuando Indiana Jones le dice a Marion que “no son los años, es el kilometraje” uno se lo cree porque Harrison Ford proyectaba justamente eso. Un compadre que ha pasado por muchas y por eso es el aventurero cool y winner que es. El loco tiene completamente dominado su rol de aventurero y sabe que va a sobrevivir, aunque tenga que sonreírle a la alemana cuando por error activa el mecanismo que lo deja justo al medio de la sala de operaciones nazis, amarrado a Sean Connery.

A propósito: ¿Se acuerdan en La última cruzada cuando don Henry Jones le pega una cachetada por “blasfemar”? No debo ser el único que se quedó helado cuando vio esa escena por primera vez siendo péndex. ¿Cómo le pega una cachetada a Indiana Ándate Cabrito Jones por decir malas palabras? ¡Indiana Jones puede decir lo que quiera! ¡Es Indiana Jones!

Ahora piensen en Chris Pratt. El compadre construyó toda su carrera siendo EXACTAMENTE lo contrario a Indiana Jones. Chris Pratt no es cool, no es winner, y esa es su gracia. En Guardianes de la Galaxia uno se mata de la risa porque nadie lo respeta, nadie le dice “Starlord” y nadie se lo toma en serio. No es un macho alfa que cae en situaciones ridículas y trata de zafar. Es un macho infantil y ridículo en situaciones serias, y por eso nos gusta. Porque así somos todos (aunque sin calugas). El compadre tiene en el alma esa inseguridad de gordito superado por las circunstancias, y su heroísmo está en superarlo.

Ustedes me dirán “Pero Mermes, el loco es actor profesional, puede hacer perfectamente un personaje distinto a lo que ha hecho hasta ahora” y de más que tienen razón. Pero vean de nuevo el tráiler de Jurassic World y fíjense lo fomeque que es Chris Pratt cuando no está actuando como Chris Pratt. Sorry.

Harrison Ford es Indiana Jones y viceversa. Cualquier otra opción son patrañas. Y ojo que eso lo saben hasta los que hicieron Kingdom of Crystal Skull, según todos la peor de todas las Indiana Jones. Digan lo que quieran de esa película pero a mí me dan ganas de aplaudir cuando, al final, el Shia LeBouf recoge el sombrero de Indiana Jones, su papá… Lo mira, suena la musiquita, y está a punto de ponérselo… Cuando de la nada aparece Harrison Ford y se lo quita con esa sonrisa winner. “No cabrito, Indiana Jones soy yo”, le dice con esa misma cara de ojos chinitos con la que recibía la medalla de la Princesa Leiah al final de Star Wars. Con cien años y todo, pero ahí estaba. Y tenía razón, aquí no hay relevo. Nadie más puede ser Indiana Jones.

Para ser constructivo voy a ofrecerles una opción a los estudios Disney, que después de leer todo esto deben estar con ataque de pánico. Aquí está: Hagan películas digitales de animación virtual, dirigidas por Spielberg y con la voz de Harrison Ford. Si de verdad TIENEN que hacer más películas, hagan esto. Si vieron Las aventuras de Tintin ya saben que Spielberg puede hacer perfectamente una película de Indiana Jones con animación digital. La tecnología está hace rato, y podremos ver secuencias tan impresionantes como esa secuencia alucinante en que Tintin destruye un pueblo entero persiguiendo a ese halcón maldito, sin cortar nunca el plano. O la batalla cuática esa entre dos barcos. Bueno ya, no es la mejor idea del mundo, pero es mejor que Starlord como Indiana Jones, no digan que no. Con mi idea por lo menos dejaremos a Chris Pratt tranquilo con su carrera, veremos más películas buenas de nuestro arqueólogo favorito (sorry, Howard Carter), y no mataremos para siempre a un personaje que nos ha dado tanto.

Hazme caso, Disney. No seas pastel.