La saga Taken: Una fantasía para papás loser

El maestro Hermes vino a darnos una lección con la película protagonizada por Blanco Lewín: todos los padres quieren ser como él, vencer el mal, salvar a su familia y juntarse a parrillar con los amigos.

Por Hermes Antonio | 2015-02-06 | 17:00
Tags | Taken, secuela, Bryan Mills, papás looser, película, cine, Hermes el Sabio

Todos queremos ser héroes de acción, no digan que no. Aunque tienen sus dramas, siempre son secos y pueden hacer las cosas que nosotros no. Los hay musculosos como Schwarzenegger o Stallone, las minocas caen rendidas a sus pies como le pasa a James Bond, o tienen mucha tecnología filete disponible para hacer cosas imposibles como el Inspector Gadget. Gran parte de los héroes de acción dominan artes marciales y el uso de armas, y todos tienen algo que a los hombres nos gustaría tener, de alguna u otra forma.

Hoy en día son los superhéroes los que tienen el monopolio en las fantasías de los hombres. Alguna vez fueron los vaqueros (cuánto abuelito quería ser John Wayne), también han sido los mafiosos (no hay papá que no admire a don Corleone), pero hoy en día son los superhéroes los que la llevan. Ya sea para adolescentes (Spider-Man), para fanáticos de la tecnología (Iron Man, Batman), para los que reprimen sus sentimientos (Hulk) o simplemente para aquellos que tienen el cabello fabuloso (Thor), hoy en día hay muy pocos héroes de acción para hombres más mayorcitos y/o chapados a la antigua, y ese es el vacío que vino a llenar el pulento Bryan Mills (Blanco Lewín) de la saga Taken.

Para los papás mayorcitos y/o chapados a la antigua los superhéroes son cosas de cabros chicos. Qué van a salvar el mundo esos musculosos metrosexuales que no saben nada de la vida. Un verdadero hombre no tiene martillo mágico, los martillos se usan para clavar clavos y arreglarle la pata coja a la mesa. Y no me vengan con RoboCops ni con Supermanes que jamás te van a defender de un asaltante, vuelva temprano mija por favor. Si lo piensan bien, las películas de Taken son hechas a medida, por y para los papás que piensan así y que nadie los escucha. Si no me creen, fíjense en los acontecimientos que definen la historia del Bryan Mills.

Loser. Cien veces loser. Da lo mismo que el compadre haya sido agente secreto de la CIA y que en su época haya derrotado a todo Iraq. Hoy día el compadre está en un nivel Al Bundy de éxito. Se divorció y la ex se volvió a casar con un millonario, y su hija es una consentida que no lo escucha y que no lo necesita. Al principio de la primera película el compadre quiere llevarle un regalo de cumpleaños y le compra una radio a pilas con micrófono, el regalo más charcha y poco cool que pueda existir en todo el mercado de regalos de cumpleaños. “A ella le gusta cantar”, dice Bryan Mills como buen papá que tiene buenas intenciones pero que en verdad no cacha nada, y después tiene que ver cómo el padrastro millonario le regala un pony a la comadre.

Lo mejor viene después cuando descubre que la ex y la hija le han estado mintiendo, y que la comadre en verdad se va de gira por Europa a ver a U2. El compadre patalea y dice que no va a dar su permiso porque pueden pasar cosas terribles como que la secuestren y se la lleven al mercado negro de trata de blancas (el mercado gris), y todos dicen lo mismo que dicen en mi casa cuando mi viejo empieza con sus sermones: “Ya está hablando tonteras, déjese de desvariar caballero, éntrese”. Y bueno, adivinen qué es lo que pasa en el minuto en que la comadre pone un pie en Francia. Spoiler: Se la llevan al mercado gris.

Aquí es donde Bryan Mills de verdad se pone papá para sus cosas. Llama a uno de sus amigotes y le pregunta qué le va a pasar a su hija. Antes de que el otro compadre empiece a contestar, el loco pone el teléfono EN ALTAVOZ, para que la mamá ESCUCHE LO HORRIBLE QUE LE VA A PASAR A SU HIJA TODO POR NO HACERLE CASO A ÉL.

Bueno si vieron Taken ya saben lo que sigue. Blanco Lewín procede a patearles el traste a todos los flaitongos secuestradores de Europa, y a hacer lo que el padrastro millonario no podría ni con todos los ponys de Equestria: salvarle la vida a la comadre y devolvérsela a la mamá sana y salva. Y no solo eso, con su red de contactos consigue además que la estrella pop del momento le haga clases de canto. ¡Toma, dinero! Hay cosas que solo un papá puede conseguir.

Después vino Taken 2, en que la fantasía del papá loser se cumplía. La ex y la hija ahora AMAN al compadre, y le hacen caso en todo, al punto de que se van de vacaciones con él y pura buena onda. Lo que todo papá quiere, ¿o no? Esta vez secuestran al compadre y a la ex, y en una escena él llama por teléfono a la hija y le da instrucciones que ella sigue al pie de la letra. Si no me creen que esto es una fantasía de papá les cuento que la hija deja botada una conversación por Skype con el pololo para hacerle caso a él, y las instrucciones que sigue incluyen la lectura de mapas, trazado de radios y uso de granadas. Y no es por ser negativo, pero si en la vida real mi viejo llamara a mi hermana mientras ella habla con el pololo, lo más probable es que la única respuesta sea de la comadre del buzón de voz, y anda a conseguir que ella tire las granadas. Les diría más de esta película pero es de lo único que me acuerdo porque era como el forro, sorry.

Lo que nos lleva a Taken 3, o si están apurados y quieren ahorrarse una fracción de segundo: Tak3n. Aquí se termina de confirmar que esta película está diseñada para los papás losers del mundo. La hija finalmente ha adoptado feliz los valores de Bryan Mills, y no hace nada “impredecible”. Cumple horarios, sigue una rutina y no hace nada fuera de lo ordinario para no llamar la atención. No soy especialista en secuestros, pero en mi opinión todo eso hace que sea MUCHO MÁS FÁCIL DE SECUESTRAR porque siempre sale de la casa a la misma hora, etc. Pero da lo mismo, porque el punto de esto es uno solo: Hacerle caso al papá. Esta vez hay tres ingredientes nuevos para dejar contento a los señores en la audiencia: a) Se descubre que el padrastro millonario es en realidad un corrupto maldito e inmoral (lo que todos los divorciados opinan de las nuevas parejas de sus ex esposas, apuesto). b) La ex esposa quiere volver con Blanco Lewín, porque en verdad nunca dejó de amarlo (ídem). Y finalmente c) Los amigotes losers del compadre terminan ayudándolo en la misión, aportando toda la inteligencia y soporte técnico necesarios para que el loco pueda mandarse un Ocean’s 11. ¿Qué papá en el universo no quiere demostrarle a su esposa y a sus hijos que sus amigotes en realidad son maestros, y que ir a su parrilladita de vez en cuando, en realidad no es tan malo?

Los que ya la vieron saben que ahora Bryan Mills va a ser abuelo, y con esto se abren nuevas posibilidades para seguir siendo la fantasía de los papás loser del mundo. No me extrañaría que en T4ken se descubra que el yerno es un delincuente, que Bryan no conoce las canciones de moda en la fiesta del matrimonio y/o no sabe usar el control remoto. Lo más probable es que la hija termine pidiéndole consejos de paternidad porque él es el mejor papá del mundo. ¿No es eso lo que todos los papás quieren escuchar?