Libros álbum ¿Capricho de ilustradores?

El Barbón examina cuatro cuentos ilustrados que los padres disfrutarán más que sus propios hijos

Por Alfredo Rodríguez @AlfreoRodriguez | 2013-05-31 | 08:44
Tags | libros, ilustración, infantil, libro album
"Realmente pude disfrutar de historias potentes, que a pesar de su brevedad y aparente simpleza, rebosan de carisma y de sentido"

¿Conocen los libros álbum? No, no son de esos en que pegamos laminitas con stic-fix, es un formato de cuento ilustrado que vuelve locos a los amantes de los libros y la ilustración. Lo que los caracteriza: tienen pocas páginas, muy poco texto, ilustraciones muy llamativas y ediciones muy cuidadas (diseño, tipo de papel, etc). Se supone que la clave está en que la historia no sea contada sólo a través del texto, como ocurre en los libros tradicionales. Tampoco que la narren sólo las ilustraciones. La idea es que la narración se produzca a través de la sinergia entre las imágenes y las letras.

La verdad es que nunca me atrajeron, porque me preguntaba si se trataba realmente de libros para niños o si eran libros para grandes disfrazados de infantiles. A primera vista no parecen más que libros para niños hipsters, pero si uno lee con más cuidado se da cuenta que las temáticas muchas veces no parecen tan infantiles. Hoy decidí lanzarme a la piscina y con ni más ni menos que representantes de la crème de la crème. A continuación una breve reseña de cada uno:

Perdido y encontrado – Oliver Jeffers.


Su apariencia tierna y alegre es fiel reflejo de la historia que relata. Con ilustraciones (en apariencia) simples y un uso del color maravilloso, Jeffers nos cuenta una historia poco pretenciosa, llena de carisma y definitivamente adorable. Con un mensaje claro, sencillo y directo, pero no por eso menos potente, el ilustrador y escritor logra emocionar apenas utilizando palabras. Recomendadísimo para leerlo a niños desde 3 años.

Tener un patito es útil - Isol.

Isol más que contarnos una historia nos muestra una secuencia de situaciones que se producen gracias a que un niño (o nene, como dice el libro) se encuentra un patito de hule. La gracia está en que este libro es doble: por un lado podemos leer cómo el niño relata la utilidad de tener un patito, mientras por el otro, el patito relata la utilidad de tener un nene. La ilustradora plasma con especial ternura esta relación simbiótica entre el niño y su juguete con un final que lo hace perfecto para leer antes de dormir a niños muy pequeños. Brilla por su simpatía más que por una historia cautivante.

El Libro de los Cerdos – Anthony Browne.

Una historia muy simple pero contada de forma genial. Con dibujos que pueden resultar algo impactantes para niños muy pequeños, Browne busca concientizar, tanto a padres como a hijos, de que no se puede cargar la mano en exceso a la mamá, y sobre la importancia de participar de las labores de la casa. Especial para combatir el machismo desde pequeños, pero con una estética y un mensaje más complejo que el de los dos libros anteriores. Recomendado para niños que ya tengan edad para sacar conclusiones más elaboradas y no se impresionen con imágenes con un tono menos alegre, a ratos un poquito siniestro.

Yo quiero mi gorro – Jon Klassen.

Este lo disfruté como niño chico, incluso me reí en voz alta. Es que Klassen nos relata, con un claro tono de fábula clásica, la incorrecta historia de un oso que pierde su gorro. Con un dibujo que no brilla por su expresividad y con diálogos que no deslumbran por su prosa, este libro destaca por el diálogo que se genera entre el texto y la ilustración, y sobre todo por la narración a lo largo de las páginas. Es que la genialidad de este libro pareciera ocurrir al dar vuelta cada una de sus páginas más que al contemplar cada dibujo o leer cada texto. Totalmente recomendado para adultos con alma de niño, pero tengo mis reparos respecto a leerle este libro a un preescolar, debido a lo poco correcto de su mensaje. Muy gracioso, pero rozando el humor negro.

Mis conclusiones.

La experiencia fue gratísima. Realmente pude disfrutar de historias potentes, que a pesar de su brevedad y aparente simpleza, rebosan de carisma y de sentido. Algunos funcionan mejor para un adulto (como Yo quiero mi gorro) y otros para niños (como Tener un patito es útil), pero definitivamente los cuatro funcionan a la perfección si un adulto se lo lee a un niño en la edad adecuada. Supongo que es en ese punto donde se encuentra el real potencial de un libro álbum, en la posibilidad de, por una parte, tratar a los niños como seres humanos sensibles e inteligentes, desafiando sus habilidades perceptivas e interpretativas, y por otra, en revivir en los adultos el niño que llevan dentro.

Puedes encontrar algunos de estos libros álbum en Plop GaleríaLibrería Gatopez y 

Librería Tesauro.