La cultura parrillera en el mundo: Asados indoors, fideos a la parrilla y "malvaviscos" de carne

Si bien parrillear es una costumbre universal, cada cultura lo hace a su estilo. En esta columna, Bruno Carrillo nos cuenta algunas de sus más extrañas experiencias en asados orientales.

Por Bruno Carrillo | 2013-06-03 | 10:52
Tags | asados, cultura, mundo, Asia, Australia, Corea, Japón, Hong Kong
"Cuando le pregunté a mis anfitriones japoneses dónde estaba la carne, sacaron hongos, pimentones picados, cebollas en rodajas y trozos de zapallo, para asar y comer con los fideos".

Maestros parrilleros y catadores asadísticos: prepárense. La experiencia de hacer asados es bastante transversal en muchas culturas, pero en países de Asia y Oceanía la forma en que se hace puede ir de lo típico a lo más bizarro. 

En Hong Kong

"No, no, no, ¡lo estás haciendo todo mal!", me dice riendo un compañero de clase local al verme intentar prender el fuego de la parrilla en un parque de Hong Kong. Mis humildes dos décadas de experiencia en asados me habían llevado a meter el carbón dentro de la estructura de cemento que salía del suelo, para prenderlo y poner la carne sobre parrilla. Mordiéndome la lengua e intentando ser tolerante, le dije que prendiera él el fuego para el asado de curso.

Lo que vi a continuación hizo que casi se me cayera el pelo. 

Este amigo no solo sacó todo el carbón de donde yo lo había puesto, sino que lo echó encima de la parrilla. Y lo prendió. Acto seguido, los otros compañeros pusieron sillas alrededor del fuego y se sentaron con un una vara de metal con dos puntas en la mano. Tal como se asan malvadiscos en fogatas, los hongkoneses ponen uno o más pedazos de carne, pollo, pescado, marisco, cerdo o vegetales en las puntas del fierrito y los asan. Todo sobre el carbón que está encima de la parrilla. 

¿Por qué rayos lo hacen así? Principalmente por un tema de higiene. Con una historia que incluye innumerables brotes de cólera en tiempos pretéritos y, más recientemente, el virus SARS (gripe aviar) en el año 2003, la gente se cuida mucho de no tocar superficies desconocidas (en este caso, una parrilla en un parque público). Siquiera tocar la comida de alguien más con tus palillos o cubiertos es una afrenta potente, pues la puedes contaminar con tus "bichitos". 

Pasado el shock inicial, he de admitir que el asado quedó bastante bueno. La comida se cocinaba bastante rápido al ser porciones pequeñas, y todo el mundo estaba conversando animosamente alrededor del fuego cual fogata en la playa. 

Fuente: i61

En Japón

En el país del sol naciente los asados serían relativamente normales… si no tirasen fideos a la parrilla. ¿El truco? Papel aluminio sobre las rejillas. Cuando le pregunté a mis anfitriones japoneses dónde estaba la carne, sacaron hongos, pimentones picados, cebollas en rodajas y trozos de zapallo, para asar y comer con los fideos. Los trutros de pollo que llevé fueron la única carne animal en el asado (uno más de mis fail culturales).

En Japón la carne de vacuno siempre ha sido tradicionalmente cara. Ni hablar del wagyu original, que puede llegar a costar más de 1500 pesos chilenos ¡por gramo!

En cuanto a las vacas normales -esto es, bovinos que no son alimentados con cerveza premium y masajeados tres veces al día-, la falta de espacio en el país hace difícil tener muchas cabezas de ganado (recordemos que Japón tiene 127 millones de almas apiñadas en la mitad de la superficie de Chile). Cortes "baratos" de lomo, sobrecostilla y filete pueden costar entre 20 y 50 mil pesos el kilo.

Por esto, los asados son cargados a otros tipos de alimentos: vegetales, productos del mar (a veces tiran caracoles marinos con concha y todo encima de la parrilla), embutidos pequeños y el famoso yakisoba, literalmente "fideos asados".

Asado Japonés. Fuente: Bridging Cultures

En Corea del Sur

Nada de asados al aire libre, aquí tradicionalmente se parrillea en la mesa. Así es, la parrilla coreana es, por lo general, un agujero circular o cuadrado en la mitad de la mesa con un mechero a gas (antiguamente se ponía carbón) y una parrilla que está a ras de la superficie o puesta encima. 

Una vez que se prende el fuego te comienzan a traer las carnes que ordenes, que van desde todo tipo de cortes de vacuno (a menudo importados) hasta los más selectos frutos del mar, dependiendo del restaurante. Usualmente están cortados en trozos finos, cosa de que no demoren mucho en asarse. ¿La mejor parte? La experiencia se basa en que cada uno se preocupa de cocinar su propio pedazo de carne, mientras se conversa con los amigos, familia o compañeros de trabajo. Nota aparte, la carne se corta con tijeras.

Cabe recalcar que en Santiago ya hay algunos restaurantes de comida coreana que ofrecen esta modalidad (Sukine, Korean BBQ, Dae Jang Kum, Tekeri, The Gaon, entre otros), y si alguien sabe de algo parecido en otras localidades de Chile, el dato va a ser más que bien recibido. 


Korean BBQ. Fuente: UnoCome.cl

En Australia

Al ser un país occidental exportador de carne, hay abundancia de parrillas como las conocemos nosotros. Sin embargo, una variante curiosa son las parrillas gratis a menudo disponibles en parques nacionales o campings, que en vez de tener la clásica rejilla tienen una plancha de acero uniforme. 

Estas pueden ser a leña, a gas o a electricidad; en este último caso, hay un botón que uno aprieta para calentar la plancha, y la carga eléctrica dura algo así como cinco minutos antes de cortarse automáticamente (así que el cocinero tiene que estar pendiente del dichoso botoncito). 

El tener una plancha te permite cocinar muchos más alimentos, pero para algunos amantes del "verdadero sabor" del asado (donde la carne está en contacto directo con las llamas) este estilo de parrilla australiana pareciera estar más cerca de hacerse una carne a la cacerola que otra cosa.

A fin de cuentas

Por muy normales o raros que puedan ser los asados, el factor común que tienen es la diversión y la sociabilidad. A veces ni siquiera se llega a prender el fuego, pero el concepto de asado es lo que junta a un grupo de personas y les da una misión: pasarlo bien. De ahí que hasta los asados "en vaso" puedan ser un éxito rotundo. 

¿Y tú, tienes alguna experiencia de asados bizarros? (¿O, para sus efectos, alguna receta secreta para cocinar la carne más deliciosa del mundo?)