Imagen: Gojko Franulic

Sin talento, pero geniales: la "Música Outsider"

Los músicos suelen encandilarnos con su talento, pero no siempre es así. A veces, es precisamente la total ausencia de este o el excéntrico sentido musical del intérprete, el que les hace saltar a la fama. Aquí, algunos de los casos más notables.

Por Alvaro Lopez B. | 2015-04-09 | 16:50
Tags | música, músicos, cantantes, talento, curiosidades, freak, rarezas
“La gente puede decir que no puedo cantar… pero no puede decir que no he cantado” - Florence Foster Jenkins

¿Qué tienen en común Leo Caprile, Daniel Johnston, Raquel “Kel” Calderón y Brian Eno? Todos han grabado música, y aún más, todos en algún momento, hicieron algo llamado “música outsider”.

Aunque no hay una definición oficial al respecto, la música outsider es aquella que, o bien se realiza fuera de los cánones usuales de la industria musical o la realizan personas famosas y que incluso pueden pertenecer al ambiente artístico, pero con una intención muy personal, y que muchas veces, obedece a una falsa evaluación de las propias capacidades.

Muchas veces, pero no siempre, le calza el epíteto “ es tan malo que llega a ser bueno”. ¿Necesita ejemplos? Hagamos un recorrido por sus artistas, por un poco de su historia, y veamos si esto es así.

Florence Foster Jenkins

A Florence Foster Jenkins le encantaba la ópera. Nacida en 1868, de una familia muy adinerada, su padre se negó a financiar una carrera musical, pues consideraba que tenía nulas capacidades. Vivió tranquilamente haciendo clases de piano, hasta 1909. Ese año, su padre falleció y le heredó una fortuna. Entonces las cosas cambiaron. Florence Foster Jenkins, se dedicó a lanzar su carrera en la ópera.

Lamentablemente, era pésima. Al menos, desde un concepto rígidamente académico: era incapaz de sostener una nota, de mantener un ritmo o un volumen constante, su registro era limitadísimo y carecía de habilidades para pronunciar idiomas distintos al inglés. Pero, y esto es lo importante, era feliz. Muy feliz. De hecho, consideraba que las burlas y risas que recibía en sus conciertos, eran debido a la envidia, y se comparaba favorablemente con las sopranos de su época. Por lo mismo, reservaba el privilegio de escucharla a unos cuantos escogidos. Sin embargo, en 1944, un mes antes de morir, cedió ante la demanda popular y dio un concierto a teatro lleno, en el Carnegie Hall. Sobra decir que murió feliz.

La Reina de la Noche, aria de Mozart, interpretada por Florence Foster Jenkins.

Mrs. Miller

Mrs. Miller fue famosa, muy famosa en los años ‘60, en Estados Unidos. Al comienzo, tras ser descubierta por Capitol Records, su intención era desarrollar una carrera como cantante de baladas. Sin embargo, pronto se dio cuenta que su fama no se debía precisamente a su calidad interpretativa. Lo interesante es que decidió seguir, plenamente conciente de esto, y sacó provecho de la oportunidad, hasta que eventualmente el público pareció dejar de considerarla, tras lo cual se retiró, dedicándose a hacer caridad.

Aunque “Downtown” fue su mayor hit (#85 en el Billboard), me parece que el cover de “Yellow Submarine” es más representativo de su estilo único.

Tiny Tim

Tiny Tim comenzó su carrera a finales de los años ‘50 y se volvió increíblemente famoso a fines de los ‘60, llegando a ganar un Grammy en 1969. Esto, porque todos pensaban que su forma de ser era una actuación, un personaje. Pero no. Tiny Tim era igual fuera y dentro de pantalla. Se caracterizaba por tocar el ukelele, y por un registro vocal muy, muy especial. Todo esto, quizás, fue la causa tanto de su fama, como de su posterior abandono.

A comienzos de los ‘90, sus apariciones en el show de Howard Stern habían empezado a relanzar su carrera, lo que fue interrumpido con su temprana muerte por un paro cardíaco.

Esta es, lejos, su canción más famosa: Tiptoe through the tulips.


Los clásicos


Si bien los artistas mencionados fueron de los primeros en desarrollar una carrera destacada, gracias a su personalísima manera de abordar la música, cuando uno habla de este género, en realidad lo reconoce al escuchar a quienes efectivamente han dejado una huella trascendente. Hablamos de los clásicos, cuyo legado se proyecta en el futuro (¡y no, no soy sarcástico!).

The Shaggs

Consideremos una familia norteamericana típica. Un padre orgulloso, tres hijas, una predicción gitana. Eso fue (o es) The Shaggs. Segun Frank Zappa, ellas fueron “mejores que los Beatles”.

Las chicas, en realidad, nunca quisieron hacer un grupo. Pero su padre sí. Una gitana le leyó la mano y como dos de tres predicciones se habían cumplido, la tercera también debía hacerlo. Esa tercera predicción, era que sus hijas formarían un grupo muy famoso. Pero no sabían tocar. Nunca supieron tocar. Aunque lo intentaron, porque debían obedecer a su padre.

El resultado, es una de las experiencias más interesantes en la música de los últimos 50 años (e impresionante o chocante cuando se escucha por primera vez). Les invito a escucharlas y a reformular sus conceptos sobre lo que es, o no es, música. A continuación,  My pal foot foot.

Daniel Johnston 

Daniel Johnston es quizás uno de los responsables que este tipo de expresión, poco a poco, haya ido encontrando una voz un poco más amplia en nuestros tiempos. Nacido en California en 1961, se hizo famoso cuando Kurt Cobain usó una polera de “Jeremias el inocente, durante la promoción de Nevermind. 

Con serios problemas mentales y una gran pasión por la música, Daniel Johnston se hizo famoso, tanto debido a su talento, como al morbo que provoca su condición psiquiátrica y a su naturaleza dulce e inocente. Tanto es así, que se han hecho varios documentales sobre su figura, incluyendo “The Devil & Daniel Johnston”, quien relanzó su fama por un tiempo, llevándolo incluso a venir a Chile el año 2013. Aquí, el notable video de I have lost my mind.

StarTrek

Y dentro del subgénero de famosos que se dedican a cantar, tanto Leonard Nimoy como William Shatner son ejemplos notables. Les sugiero buscar en youtube el clásico The Ballad of Bilbo Baggins, de Leonard Nimoy. 


La belleza del hacer

Hay quienes se burlan de este tipo de música. A mí, al contrario, me parece motivo de admiración. Se trata, por lo general, de personas que honestamente consideran que cuanto hacen es bueno y que aportan a nuestra felicidad con su arte. Y muchas veces, nos llevan a reconsiderar nuestros conceptos, lo que nunca es malo. Tanto es así, que Captain Beefheart y Frank Zappa, genios musicales, bebieron de esas fuentes, mientras otros, como Ken Nordine, expandieron los límites de lo posible en el jazz. Sugiero escuchar esta pieza de música: Green

O como la Portsmouth Sinfonia, que merece por sí misma un artículo, pues entre 1970 y 1982 realizaron una experiencia realmente notable en el campo de la música: la premisa de esta orquesta sinfónica, era que ninguno de sus miembros tuviera experiencia en su instrumento, desafiando todos nuestros conceptos musicales en el camino. Por ahí pasaron un par de notables, como Brian Eno (en clarinete), Michael Nyman (bombardino o tuba menor) y Stephen Luscombe (violin), quienes quedaron maravillados con la experiencia, produciendo Brian Eno el primer disco de esta orquesta sinfónica. Aquí, podemos escuchar su notable versión de Así habló Zarathustra.

Ciertamente, la visión personal y artística de estos músicos, puede no ser compartida por una gran mayoría de las personas, pero eso no les quita mérito. Al contrario. Después de todo, de eso se trata justamente el acto creativo: traer algo al mundo que antes no existía, o no éramos capaces de ver.

O bien, como solía decir Florence Foster Jenkins: “La gente puede decir que no puedo cantar… pero no puede decir que no he cantado”. 

¿Recuerdas otros casos notables?