Pierre Avezard, conocido como "Petit Pierre" ("Pequeño Pierre"), por su corta estatura, nació el 30 de diciembre de 1909 en el pueblito de Vienne-en-Val, cerca de Orleans. Era el segundo hijo de una familia muy pobre. Su mamá cultivaba hortalizas en el jardín, para alimentar a la familia, y su padre trabajaba tirando una carreta con mercaderías. Lamentablemente, su padre murió durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y su madre terminó en un asilo poco tiempo después.
Pierre nació de parto prematuro, “sin terminar”, como solia decir a menudo de sí mismo. Sufría del Síndrome de Treacher-Collins : esto quiere decir que era enfermizo, casi sordo y casi mudo, con una oreja casi inexistente, y sus ojos y rasgos faciales fuera de lugar.
Retrato del Pequeño Pierre. Fuente: moviepictures.org, autor desconocido.
Cuando pudo ir a la escuela, sufrió las burlas de sus compañeros, tanto por su aspecto, como por no ser capaz de seguir las explicaciones del profesor. Así que dejó de ir a los siete años, y su hermana mayor, Thérèse, le enseñó en casa los rudimentos de la lectura y la escritura.
A pesar de todo eso, desde pequeño, demostró interés en los aparatos mecánicos. Creaba muñecos, movidos por un molino sumergido en el arroyo de la aldea. Cuando nació su hermano menor, le fabricó los juguetes que su familia no podía comprar.
Soñador e inocente, Petit Pierre comienza a trabajar a los 26 años: se convierte en pastor de la familia Girard, trabajando con ellos hasta mediados de la década de 1950, durmiendo en el establo. Por supuesto, las burlas siguen, pero el Pequeño Pierre se defiende, y como todas las noches le escondían la escalera, desde donde bajaba de su cama, diseña una cama plegable que se adhiere a una viga, con una escalera retráctil, de manera que no le hagan más bromas. También diseña un sistema de distribución de remolachas para las vacas lecheras, que consistía en un avioncito que “bombardeaba” vegetales, accionado por una bicicleta.
Las personas que le rodeaban, lo querían mucho, tanto por la dulzura de su carácter, como por su gran ingenio mecánico. Primero, la familia Girard le permite construir una casita de adobe, en un rincón de su propiedad. Luego, en 1955, el sr. Hareng, que vivía muy cerca, le regala un pequeño terreno donde puede, al fin, construir una casa que puede llamar suya.
Lo primero que hace al mudarse a esta casa, es construir más objetos mecánicos. Levanta una torre Eiffel de madera, de veintitrés metros de altura. Le agrega varios carruseles superpuestos, y una pequeña multitud de muñecos mecánicos animados.
Detalle de la Torre Eiffel. Fuente: eklablog.com. Autor: Bluesy.
A medida que sus construcciones se empiezan a ver desde la carretera, los viajeros comienzan a detenerse y mirar. Así, Petit Pierre termina por organizar visitas los días domingo. Para 1970, la obra ya tiene más de un centenar de figuras en metal pintado, fabricadas incluso a partir de un avión derribado en las cercanías, durante la Segunda Guerra Mundial.
Poco a poco, comienza a agregar pequeños letreros explicativos en su obra, e instala un sistema de controles mecánicos para este inmenso carrusel, que maneja desde arriba de una cabina.
Con el tiempo, el carrusel crece. De hecho, termina por abarcar 1.500 metros cuadrados. En un comienzo, Petit Pierre pedaleaba para hacerlo funcionar, pero con el tiempo, utilizó el motor eléctrico de una lavadora, en la que, simultáneamente, aprovechaba de lavar su ropa.
El Pequeño Pierre poseía una memoria extraordinaria: así, cuando su hermano menor, que se convirtió en ingeniero aeronáutico, lo invitaba a viajar a distintas partes de Europa, Petit Pierre tomaba muchas notas, que le permiten enriquecer su obra.
Es así como va agregando elementos a su carrusel. Podemos ver unos bailarines mecánicos que comienzan un vals, una "vaca eléctrica", un hombre bebiendo, aparecen carros de bomberos, etcétera.
Lo más increíble, es que su trabajo está construido con elementos recuperados de los vertederos en la zona. Una verdadera maravilla construida con alambres, latas, e incluso neumáticos de motocicleta.
El carrusel del Pequeño Pierre en acción:
Con el pasar del tiempo, el carrusel comienza a deteriorarse, pues el Pequeño Pierre ya no puede cuidarlo como antes. Sufre una hemiplejia y, ya en los años ‘80, su obra es saqueada. Aquí es cuando vecinos, amigos y visitantes, se ponen de acuerdo en que el carrusel debe ser salvado. La idea básica es convertir a la obra en un pequeño museo, pero no hay fondos para ello. Es entonces cuando intervienen Alain y Caroline Bourbonnais. La pareja poseía un museo en Dicy, entre Dijon y París, dedicado justamente a este tipo de obras (el museo se llama “Museo de la Fabuloserie”). Ambos, apoyados por el hermano menor de Petit Pierre, deciden trasladar el enorme carrusel. La idea es desmontarlo y luego volverlo a montar. Dado los costos implicados, lo que se hace es numerar las piezas, y con la ayuda de agricultores amigos del Pequeño Pierre y de su hermano, se traslada el carrusel en tractores, remolques y todo tipo de vehículos para agricultura. Es así como, el año 1987, se traslada el carrusel del Pequeño Pierre al Museo de la Fabuloserie.
Pero quedaba lo más difícil: una cosa era trasladar las piezas y otra muy distinta volver a armar la obra. Tras dos años de esfuerzos, se consiguió entender su funcionamiento y rearmarlo, comenzando su exhibición el 26 de agosto de 1989, en la laguna junto al museo de la Fabuloserie.
Tres años después, muere el Pequeño Pierre, el viernes 24 de julio de 1992, a los 82 años.
Cortometraje sobre Petit Pierre:
Al considerar la inmensa obra desarrollada por el Pequeño Pierre, no se puede pensar menos que se trata de una de las historias de autosuperación más extraordinarias que he conocido: en la pobreza absoluta, sin medios, casi sordo, casi ciego, con una condición física debilitante, Pierre Avezard consiguió levantar una impresionante obra de arte, que da testimonio no solo de una constancia extraordinaria (la obra fue construida por más de 40 años), sino que del poder de la voluntad humana.
Su hazaña ha sido motivo de una obra de teatro, que lleva bastantes representaciones a lo ancho del mundo, y de un cortometraje, dirigido por Emmanuel Clot.