Imagen: Gojko Franulic

Los 6 mandamientos de los buenos vecinos

Bocinazo para avisar que llegó. Reggaetón toda la noche. Se achora cuando lo encaras por los desastres que hacen sus hijos. No pues, si uno va a vivir en comunidad, hay ciertas normas que respetar para no irse al averno vecinal.

Por Magdalena Cárcamo @manecarcamo | 2015-07-27 | 11:05
Tags | humor, sociedad, vecinos, respeto, convivencia, fiestas, comunidad
"Es cierto que en la propia casa uno tiene que andar cómodo. Pero nunca olvides que tienes vecinos y debes respetar las imágenes mentales que les regalas"

Pueden saber muchos de tus secretos. Salvarte cuando se te cortó el agua y aún tienes el shampoo en la cabeza. Esconderte los regalos del Viejo Pascuero en sus clósets e invitarte a almorzar cuando en tu casa no hay ni fósforos. Pueden ser tus grandes aliados… pero eso no se logra con magia. Hay ciertos mandamientos que debes cumplir y que si eres fiel a ellos, tienes ganado el cielo de la buena convivencia.

Mandamiento 1: No usarás el bocinazo para avisar tu presencia

Hace diez años cuando alguien tocaba la bocina para apurar al que venía a buscar o avisar que había llegado, me daba una rabia sólo comparable a la que pudo sentir Amaro Gomez Pablos frente a la imagen de la Presidenta siendo entrevistada por Don Francis. Hoy, año 2015, cuando alguien osa realizar un bocinazo fuera de mi casa y lo acompaña de un “¡Apúrate!” se despierta la Quintrala que llevo en mí. Sólo una persona más floja que la mandíbula de arriba puede recurrir a esta técnica de la ley del mínimo esfuerzo. Porque ¡bienvenidos al mundo actual! Existen los celulares y puedes usarlos a ellos para anunciar tu glamorosa llegada y no hacer ruido. Manda un wasap, llama por teléfono o baja tu humanidad del auto y toca el timbre, pero no contamines al resto con tu flojera. GRACIAS.

Mandamiento 2: Tus pijamas respetarán al prójimo

Es cierto que en la propia casa uno tiene que andar cómodo. Pero nunca olvides que tienes vecinos y debes respetar las imágenes mentales que les regalas. Si vas a salir a buscar el diario preocúpate de que el pantalón del pijama tenga elástico en la cintura, no recibas el correo vestida como si fueras la Sharon Stone (porque además NO lo eres), ni pasees al perro con la mañanita amarilla que te regaló tu abuela en 1996. Dignidad ante todo. Y respeto a la tranquilidad sicológica de quienes sólo cometieron el acto de elegir la misma calle que tú.

Mandamiento 3: Compartirás las servilletas

En alguna otra columna he contado que con los verdaderos amigos puedes poner el rollo de papel Confort en la mesa si se acabaron las servilletas. Pero ojo… con los verdaderos amigos. Porque si viene tu jefe y no tienes, empieza a actualizar tu CV YA. Y si estamos con esa crisis grave y no hay nada que pueda detenerla, ¿qué se hace cuando está entrando el dueño de la empresa y te percataste que por no haber comprado las famosas servilletas aumentarás la cifra de desempleo del país? Wasap al grupo “Vecinos”, variedad de diseños para elegir y línea de crédito en paz. El mismo criterio aplica para pañales, limones, cervezas, desodorantes (cerrados), ampolletas, cargador de celular, etc. Ojo que la generosidad tiene un límite: aquí el ítem “pareja” no va.

Mandamiento 4: Sólo llamarás al 133 cuando no te avisaron que hay carrete

Si tienes hijos adolescentes que durante una “junta” tienen la capacidad de gritar durante 6 horas seguidas, bailar como si no hubiese un mañana y reírse sin considerar que al otro día tu vecino tiene que presentar pésimos números en un comité, sé inteligente y avísales el huracán Katrina que se les viene. Los que vivimos en comunidad agradecemos que nos preparen para una noche de reggaetón desenfrenado y que por último (o primero) nos inviten. Porque como dice la sabiduría popular, si no puedes contra ellos, úneteles. No hay nada que un sour no pueda arreglar.

Mandamiento 5: Asumirás estoico los condoros de tus hijos

El vecino negador puede ser el origen de una hecatombe. ¿Tu cabro de 4 hizo una “instalación artística” con plasticina en el capó del auto de la señora de al lado? ¿Tu hija de 22 atropelló al conejo de la abuelita de la casa 3? ¿El púber de 13 lleva meses colgándose al Wi-Fi del departamento del frente? ASUME. Nada peor que ese papá que no sólo no pide perdón, ni compra unos buenos chocolates para enmendar la falta, sino que además se achora con la víctima y miente queriendo convencer al resto que su hijo/a es el Dalai Lama. El vecino negador y encubridor merece la ley del hielo hasta el 2033 y un aumento del 45% de los gastos comunes.

Mandamiento 6: Acogerás a la sicótica que le tiene susto a los temblores

Para el terremoto del 2010 estaba sin mi compañero de Isapre. Embarazada de 7 meses, con 2 hijos chicos, un primo adolescente y la persona que me ayuda en la casa. Tuve más miedo que el técnico de la Selección Argentina el 5 de julio. Y ¿quiénes me salvaron? Mis vecinos que me recibieron con todo el familión, me ayudaron con los niños y me trataban de convencer que las réplicas grado 6 eran sólo el viento. Los buenos vecinos saben que la empatía con el miedo a lo sísmico, las arañas, los ratones, los truenos, la oscuridad y hasta “El exorcista” es fundamental para una sana convivencia. Siempre que puedas, ayuda a la sicótica que como yo, lo único que necesita es una agüita de manzanilla y dos chistes malos para hacerle frente a la presión.

¿Qué otro mandamiento agregarías?