Iba con mucho miedo a ver Monsters University, aunque los monstruos de esta pelÃcula no tienen nada de temibles, porque he seguido con recelo las últimas producciones de Pixar desde que fue adquirida por Disney. Luego de la grandiosa Toy Story 3 (2010), se estrenó la pálida Cars 2 (2011) y la discutible Valiente (2012). Ambas, muy lejos de ser malas pelÃculas, no parecÃan estar a la altura de las gloriosas producciones anteriores. Y ahora se metÃan con Monsters Inc. (2001), filmando (si se le puede decir asÃ) una precuela. Y yo me preguntaba ¿era necesario arriesgarse a enlodar (o incluso sepultar) una franquicia al crear una precuela de tan maravillosa pelÃcula? El riesgo era alto y las posibilidades de salir victoriosos, escasas.
Desde que era un pequeño monstruo, Michael Wazowski soñaba con ser un gran asustador, de esos que se ganan la vida asustando niños para conseguir sus gritos (la principal fuente de energÃa de Monstrópolis). Al ser admitido en Monsters University su sueño parece estar a punto de realizarse, pero al estudioso Mike le saldrá competencia en el camino: un peludo, temible y patán monstruo llamado James P. Sullivan. ¿Quién logrará convertirse en el más grande asustador de la universidad? ¿El mateo o el patán?
Como lo comenté en la crÃtica de Oz: El poderoso (2013), hacer una precuela es más difÃcil que hacer una secuela, porque necesitas interesar y sorprender a un público que sabe perfectamente cómo quedarán las cosas una vez terminada la pelÃcula. Encima, esta pelÃcula tendrÃa que lidiar con dificultades adicionales: la ausencia de la pequeña y adorable Boo y el que asustar a los niños sigue siendo el objetivo en los tiempos en que se narra esta historia. Pero lejos el mayor desafÃo era el de estar a la altura de Monsters Inc., una pelÃcula que fue un éxito tanto en taquilla como en crÃtica. ¿Y qué ocurrió? Resumiéndolo en una frase: Pixar lo hizo de nuevo. SÃ, como en los viejos tiempos.
Gracias a Dios (o al director o quien sea) y contra lo que anticipaban las primeras sinopsis, la trama de Monsters University no se centra en las bromas juveniles propias de las hermandades de las universidades gringas. En vez de caer en la comedia fácil, en esta pelÃcula Pixar regresa a lo que mejor sabe hacer: contarnos historias centradas en las emociones. En este caso, la amistad. Con un tono menos dramático que en su predecesora y un desarrollo argumental convencional, la pelÃcula se aprovecha de una premisa muy simple para entretener, sorprender y emocionar en cada momento, construyendo un relato totalmente nuevo, que empalma a la perfección con Monsters Inc., pero que goza de una personalidad propia.
No creo que valga la pena compararla con Monsters Inc., porque es muy distinta, lo que agradezco. Con una historia fresca y que no necesita recurrir a la nostalgia para conquistar al público, Monsters University se alza con sus propios méritos como digna sucesora de una de las mejores pelÃculas Pixar. No me importa si esta es o no la mejor pelÃcula de la productora de la lamparita, me basta con decir que es una pelÃcula absolutamente disfrutable. Y en mi caso, consiguió incluso que me encariñara con Mike, un personaje con cuyo humor nunca enganché del todo en la pelÃcula original. Para mÃ, una de las mejores pelÃculas del año.