Crean "avatar" capaz de explorar lugares inalcanzables del océano

Un robot capaz de sumergirse hasta un barco hundido y manipular objetos con la delicadeza de unas manos humanas que se mueven en la superficie. Este avatar robótico busca llevar la exploración submarina al siguiente nivel.

Por Juan Reyes | 2016-07-05 | 07:00
Tags | Océano, mar, submarino, robot, tecnología

La inmensidad del océano aún esconde muchos secretos: profundidades más colosales que el Everest, especies tan extrañas que parecieran ser de otro planeta e inspiración para escribir vastos volúmenes de ficción. No obstante, la curiosidad mata y bien lo saben los exploradores de las profundidades. Viajes que pueden ser peligrosos, uno que otro barco hundido con sus secretos y lugares inalcanzables para nuestras inquietas mentes. Ahí es donde llegan solo los vehículos no tripulados y sus imperturbables zumbidos, hasta ahora.

En un laboratorio de la Universidad de Stanford crearon Ocean One, un robot buzo humanoide que puede ser controlado por un operador a distancia mediante controles hápticos. Es decir, el humano dirige las manos del robot para realizar delicadas operaciones, sintiendo la dureza o fragilidad de los objetos. Las manos del robot, tienen sensores de fuerza para compartir con el humano de la superficie el sentido del tacto. ¿Vieron Avatar? Bueno, esto es prácticamente lo más cerca que podríamos estar de esa experiencia.

El robot tiene una cara amistosa y sus habilidades van mucho más allá de ser un avatar. También puede interactuar con otros buzos mediante lenguaje de señas y convertirse en un compañero en las solitarias profundidades. Para ello cuenta con dos cámaras que emulan la visión de una persona, dos brazos y ocho propulsores. Sus manos solo tienen tres dedos, los que le permiten tomar los delicados objetos a través de los movimientos de un teleoperador.

El curioso buzo pasó de la piscinas de Stanford al irreverente océano, bajó a más de 100 metros de profundidad y mediante la delicada maniobra dirigida por un humano, tomó con sus manos un antiguo jarrón que llevaba más de 300 años sumergido, llevándolo a la superficie intacto. Se trataba de su alunizaje oceánico en el barco hundido “La Lune”, lugar de centenarios misterios, al que ningún humano había osado adentrarse. Impresionante, ¿no?

Un gran paso para el futuro

La exploración submarina inevitablemente requiere de robots. No estamos diseñados para resistir grandes presiones: el Récord Guinness de un humano bordea los 330 metros de profundidad. El robot Ocean One actualmente puede sumergirse hasta los 100 metros y el lugar más profundo del océano, Las Fosas de las Marianas, se esconde a más de 10,9 km de la superficie, ¡así de colosal es el océano!

El proyecto nació a raíz de la necesidad de explorar las profundidades del Mar Rojo, para estudiar los arrecifes de coral que están fuera del rango de comodidad para un buzo humano. En las siguientes etapas del proyecto, se espera fabricar una versión del robot que pueda navegar a mayores profundidades. Además se planea que en el futuro se puedan realizar todo tipo de trabajos submarinos, usando robots telecomandados en lugar de buzos, sobre todo cuando se trate de operaciones que implican un alto nivel de riesgo. Ocean One, prepara el camino para las futuras generaciones de avatares robóticos. Mientras tanto “La Lune”, permanece imperturbable en el fondo del mar.