Imagen: César Mejías

4 citas románticas para parejas endeudadas (o cómo salir de la rutina con poca plata)

En estos días parece casi imposible hacer un panorama romántico sin que sufra el bolsillo y nuestra alma por ese gasto. Mane propone una salida diferente para escapar de la rutina y pololear sin gastar de más.

Por Magdalena Cárcamo @manecarcamo | 2016-07-13 | 15:00
Tags | parejas, pololos, matrimonios, amor, panoramas, romántico, dinero

¿Cuál será uno de los temas más recurrentes entre los seres humanos? Si uno fuera de espía a escuchar conversaciones de amigos y amigas, probablemente los temas más tratados son el amor y el llanterío por lo cara que está la vida. "Necesitamos más tiempo a solas con Juanito", “ Ya no conversamos como antes” o “ Entras al supermercado a comprar 4 cosas y es un verdadero asalto”, “ ¿Has cachado lo caro de los arriendos?”. Porque desde donde estemos parados, sea cual sea nuestra situación económica, la mayoría siente que debería/merecería/necesitaría ganar más plata para poder vivir tranquilos. Este punto lo podemos debatir en otra columna. Pero que ambos temas están instalados, es una realidad tan indiscutible como que Osvaldo Andrade e Iván Fuentes durmiendo bien no están.

Entonces a partir de eso, nos quejamos de que nuestras relaciones amorosas están estancadas en la rutina, fomes, y que más encima no tenemos ni un peso para darle un poco más de novedad (como una viaje por la romántica Venecia, por ejemplo). Y queridos amigos, así como creo que urgentemente DEBO hacer deporte, también soy una convencida de que la novedad no se compra, se elige.

Si piensas que tu relación está más aburrida que el edecán de Presidente en la Cuenta Pública, acá algunas ideas baratas y simples para darle un giro a ese letargo que tanto les está afectando:

¡Que vuelvan los pololeos en las plazas!

Debo decir que por muchos años fui crítica del arrumaco plazístico. Es más, probablemente lo que me hace ruido es ver a la polola como una especie de boa constrictor abrazando al pololo. Eso lo mantengo. Pero ocupar los espacios públicos para pasar una tarde romántica, hacer un picnic rico o buscar una buena conversa bajo un árbol, me parece una excelente idea para hacer algo distinto, aunque por estas fechas haga un poco más de frío.

De hecho, para los que visitan Valparaíso recomiendo el precioso Parque Cultural de Valparaíso en el ex Cerro Cárcel como una buenísima alternativa. El lugar se mantiene con excelencia y aunque no es para hacer una parrillada bailable, se puede hacer un aperitivo piola con una poética vista al mar y música en vivo de fondo, lo que hacen de este un escenario top para una cita romántica.

En todo caso, lugares hay de sobra.

"Cine en su Casa"

La vida corre más rápido que las coimas en la política y por eso ir a un mall, estacionarse, hacer la fila, escuchar a un púber rumiando mientras se come las cabritas está lejos de ser un panorama desestresante. Entonces, ¿qué tal si montamos un cine vip en nuestras casas? Le debemos tanto a Netflix, el que lo niegue es un malagradecido con la vida.

Pero que no sea así no más: la actividad implica hacer oscuridad aunque sea con polerones colgando de la ventana, prender el scaldassono o poner el guatero, preparar una bandeja con un kit de delicias saladas y dulces, su primavera con licor y hola, hola panorama casero. Como dice Fito: “Es sólo una cuestión de actitud”.

Piyama Party gracias al gentil auspicio de “Hostería Los Abuelos”

Este plan aplica para los que tenemos hijos. Hace unos días mi mamá se llevó a mis 4 niños a dormir a su casa. Fue una experiencia TAN feliz para ellos que considero que la deberían repetir a lo menos una vez al mes (mamá no te sientas comprometida si estás leyendo esto, es sólo una sugerencia). Y en serio estar solos en la casa propia es muy bacán.

La tendencia es irse a hoteles o escapadas flash, pero si no se tiene ni el tiempo ni la plata, ¡viva esta idea! Cuando se lleva mucho rato pasados a pañales, mamaderas, peritas para sacar mocos, libretas de comunicaciones y la chancha Pepa, es rico sentarse en el propio living en silencio sin que nadie te diga “mamá” o te grite “ terminéeeeeee”. 24 horas de tranquilidad en el hogar es de verdad una experiencia recomendable y además como es hasta nostálgico estar sin el cabrerío, cuando vuelven uno los quiere aún más. Todos ganan.

Juguemos a ser jóvenes otra vez… comida chatarra en el auto

¿Se acuerdan cuando no pagábamos AFP, bajábamos de peso sólo dejando el pan y nos pedían el carnet para entrar a las discoteques? Un clásico de esa época era comprarse cualquier combo multicalórico, poner la radio y compartir las papas fritas hasta que llegara la hora (negociada con los papás) de entrar a la casa. Tenía su tinte romántico ese momento tan simple, porque no se necesitaba nada más que la compañía del otro y una buena conversa para sentirse en la nubes (que chula toda esta frase pero igual me pasaba eso). Y, ¿por qué no recobrar esa magia de las cosas simples? A veces basta con salir a dar una vuelta, comprar la polémica caja feliz , estacionarse aunque sea frente al lugar en que se comparte techo, poner una canción bien cebollenta y sólo disfrutar de estar juntos.

Al final para que esas palabras tan satanizadas como rutina y monotonía no invadan nuestra vida de quejas y lamentos, depende de nosotros que las resignifiquemos. Esta frase que escuche por ahí y que no tengo idea quien escribió, para mí lo explica todo: “La trampa de la rutina se desarma, mirando excepcionalmente lo no excepcional”. Así no más.

¿Qué otras ideas propones tú?