"¿Por qué me permitiste nacer?" Las demandas por “nacimiento erróneoâ€

Son acciones contra médicos que no entregaron a los padres, durante el embarazo, la información sobre una anomalía en el feto. Los padres alegan que eso los privó de su derecho a abortar. Se les llama “nacimiento erróneo†y junto con las demandas por “vida erróneaâ€, ponen en situación compleja a los tribunales y a la sociedad en general.

Por Luz Edwards @luzedwardss | 2013-07-17 | 15:10
Tags | bioética, aborto, medicina, salud, demandas, judicialización, biología, derecho
"Es complicado comparar una vida considerada defectuosa con la no existencia"

La hija de Susana y Carlos nació en 2002 en España. Por las ecografías realizadas durante el embarazo los médicos les habían dicho que su hija era físicamente normal. Sin embargo, al nacer vieron que uno de los brazos lo tenía sólo hasta el codo. Los padres dicen que quieren mucho a su hija, pero que, al mismo tiempo, creen que esa información errónea los privó de su derecho de escoger abortar o no. Por esa razón, demandaron al médico a cargo. En este caso, el juez no les dio la razón a los padres de la niña, pues primó el argumento de que las ecografías no son instrumentos 100% fiables y que no hubo negligencia por parte del médico.

Este es uno de los casos de demandas por wrongful birth o nacimiento erróneo que se han dado en el mundo. Es una demanda judicial interpuesta por los padres de un niño nacido con algún tipo de discapacidad contra el médico o consejero genético responsable de no proponer a la madre ciertas pruebas diagnósticas durante el embarazo o de no informarle de una anomalía del feto. En este tipo de procesos, los padres reclaman al médico una indemnización basada tanto en el quebranto moral como en el quebranto económico derivado de haber tenido un hijo afectado por una enfermedad o anomalía genética.

Está también la acción de wrongful life o vida errónea, una demanda que interpone el hijo que ha nacido con alguna enfermedad o anomalía contra el médico. Cuando el hijo no es competente para él mismo demandar, pueden hacerlo sus padres o tutores. Por ello, es frecuente que al demandar, los padres lo hagan por el doble concepto de wrongful birth (por ellos mismos) y de wrongful life (en nombre del hijo). 

La causa que motiva la acción de wrongful life es esencialmente la reclamación por la negligencia o la mala praxis médica. El niño que padece alguna anomalía alega que el profesional sanitario tenía un deber con él y que ese deber fue incumplido, lo cual dio lugar a un nacimiento que no debió ocurrir y que ahora lo obliga a llevar una vida de sufrimientos. Por ello, solicita al médico que lo indemnice por los daños económicos que acarrea su vida enferma y por el hecho mismo de haber nacido.

Demanda a sus padres por infancia anormal

El origen de este tipo de reclamaciones asociadas a la vida se suele remontar a un caso estadounidense llamado Zepeda vs. Zepeda que se dio en 1963. Si bien no versaba sobre un tema de diagnóstico prenatal, es emblemático por ser la demanda de un hijo contra sus padres por haberlo hecho nacer en condiciones sociales y familiares no idóneas. El hijo alegaba que fue privado de tener una infancia normal por ser el hijo ilegítimo de un hombre casado con una mujer soltera y, por lo tanto, discriminado. 

La demanda no fue acogida, pero el caso abrió las puertas a la posibilidad de calificar la vida como un daño y a la posibilidad de reclamarles eso a los padres. Es lo que pasa en las acciones de wrongful life y wrongful birth –vida errónea y nacimiento erróneo- que se centran en el hecho de haber nacido en condiciones desventajosas. La diferencia con el caso Zepeda vs. Zepeda es que la reclamación no se dirige a los progenitores, pues aquí ellos se consideran también víctimas, sino a los profesionales de la salud que actuaron de manera supuestamente negligente y no le permitieron a la madre o a los padres decidir si abortar o no al hijo que venía con alguna anomalía. 

Alemania, España, Estados Unidos y Francia son los países donde se han dado más demandas de este tipo. Y se espera que sigan aumentando a medida que las personas sepan que puede reclamarse una responsabilidad civil respecto de los médicos. Sin embargo, son casos muy complejos ya que, por ejemplo, es casi imposible determinar si la acción médica de no informar una anomalía genética es la causa directa de que la persona sienta que su vida es errónea. 

Por otro lado, hay muchos derechos implicados y algunos conceptos que se esgrimen como derechos cuando no lo son. Es el caso del derecho a nacer sano, al cual recurren los demandantes, pero que no se encuentra regulado como tal en ninguna legislación. Además, para efectos de medir los daños que le trajo el nacimiento a esa persona, es complicado comparar una vida considerada defectuosa con la no existencia. La mayoría de los tribunales han alegado que es una valoración muy difícil. Por último, la persona que considera que su vida es errónea podría preferir su propia muerte antes que vivir, en cambio, no es posible que lleve a cabo su no-concepción. 

Escenario ultra complejo

Analizar a cabalidad lo que significa la aparición de este tipo de demandas excede absolutamente mis conocimientos. Sin embargo, hay aristas que se vislumbran que parecen preocupantes. 

Primero, pienso que permite ver el nivel de control sobre la existencia que se pretende tener en sociedades donde el aborto es un derecho consolidado. Segundo, pienso en cómo esta veta de demandas puede judicializar aún más la medicina, pues es evidente que comenzarán a aparecer demandas por fecundaciones in vitro mal hechas o donde los padres consideren que se cometió un error en el momento de la selección de embriones, no implantándose en el útero los más idóneos. Un tercer punto es cómo estas demandas, si las ganan los padres, juegan en contra de la aceptación de las personas con discapacidad o “anormales†de alguna manera. Cuarto, con toda la técnica que hay implicada en el nacimiento de algunas personas hoy en día y la posibilidad de hacer diagnósticos incluso preimplantacionales, se espera que comiencen las demandas de hijos contra sus padres por paternidad irresponsable. Esto, en el caso, por ejemplo, de que ambos se hayan sometido a un test genético y hayan decidido reproducirse sabiendo que tenían probabilidades de engendrar un hijo con alguna anomalía. 

La conclusión a la que llego es la misma que en otras columnas escritas en este mismo medio: Que las posibilidades que da la técnica hoy en día tienen repercusiones legales, familiares, personales, sociales, muchas de ellas inimaginables por quienes vivimos en este mismo tiempo. Se hace, pues, cada día más necesario, reflexionar con mirada crítica para utilizar la ciencia a favor nuestro y evitar posibles consecuencias negativas para nuestra sociedad. 

¿Crees que sean justas este tipo de demandas?