*Esta nota fue originalmente publicada en 2016.
El síndrome o trastorno de personalidad narcisista es un desorden psicológico que afecta a alrededor del 1% de la población (y de ese grupo, un 75% son hombres), y cuyas causas se pueden encontrar en múltiples factores. Es un síndrome devastador, no sólo porque quienes lo sufren son incapaces de vincularse sanamente con el resto, sino porque quienes se relacionan con un narcisista, pueden sufrir graves consecuencias en su salud mental y física.
¿Quiénes son? ¿Cómo se comportan? ¿Cómo son en pareja? ¿Qué hacer si un ser querido o cercano es narciso? Muchas preguntas salen a la luz y debo confesarles, que mientras más fui avanzando en mi investigación, más me fui dando cuenta que este tema no es tan conocido como debiera, que existe poca literatura en español, y que se trata de información de gran utilidad pública. Por lo mismo, estará divida en dos grandes capítulos. Así que, ¡vamos a ello!
Ante todo, debo hacer dos aclaraciones muy importantes. En primer lugar, esta información es referencial, y una diagnosis médicamente acertada, sólo la puede hacer un especialista. En segundo lugar, y aquí no se trata de hacer de “abogado del diablo”, sino de no ver las cosas de manera un poco menos tajante: una persona que tiene este trastorno, no lo hace “por molestar al resto”, y tampoco es que haya decidido convertirse en narcisista y convencer al mundo de lo magnífico que es. Al contrario, un “narciso” no tiene una imagen muy maravillosa de sí mismo. Quiere tenerla con desesperación, eso sí, y es por ello que busca por medios externos, suplir su vida interior gris y vacía, y afirmar su frágil ego.
Se trata de una persona enferma. Y no del tipo “tierno”. Además, inciden factores genéticos, ambientales, y neurobiológicos para la aparición de este síndrome. Esto no quita que sea una disfunción terrible, que se puede tratar, y que además, causa muchísimo daño a quienes le rodean. Y de eso trata este artículo, como ya veremos. Prosigamos.
Lo primero es lo primero. Saber en qué consiste esta condición: una persona que sufre el trastorno de personalidad narcisista, tiene al menos cinco de los siguientes síntomas, de acuerdo al manual de diagnóstico DSM-V:
Cómo identificar a un narcisista. Tabatha Lepe.
Según este estudio, existen tres tipos de narcisista. Uno, "grandioso" o "maligno", caracterizado por ira, manipulación, sed de poder y autoimagen exagerada. Otro, "frágil", donde el narcisismo funciona específicamente como sistema de defensa ante la soledad y la ansiedad. Y un tercero, "exhibicionista", donde el narcisista es "eficiente", energético, decidido, y naturalmente, muestra una gran autoimagen.
Simultáneamente, hay tres niveles de intensidad, que van desde lo leve hasta lo patológico. Los casos más suaves, son personas con rasgos obsesivos o “neuróticos”. Y aunque no parecen tener dificultades en la vida, la verdad es que tienen grandes problemas para funcionar a largo plazo tanto en sus relaciones sentimentales, como laborales. O sea, viven siempre en conflicto, aunque al conocerles no lo parezca.
En un segundo nivel, está quien tiene un trastorno narcisista clásico, con las características que ya mencionamos. Como veremos, necesitan someterse a un tratamiento, para dejar de causar daño al resto, y a sí mismos.
Finalmente, en el nivel más extremo, están quienes suman al trastorno una carencia de tolerancia a la frustración, así como de control de sus impulsos. En otras palabras, reaccionan violenta y malintencionadamente cada vez que se frustran. Además, su capacidad para ser creativos o productivos, se limita muchísimo cuando no hay una recompensa en cuestión. Esto implica un fracaso crónico tanto en lo laboral, como en lo sentimental, que les puede llevar a diversas adicciones e incluso a intentos de suicidio. Una variante de este mismo extremo, oculta de forma astuta sus síntomas de narcisismo, e incluso los niega, con la esperanza de pasar inadvertidos, y así poder satisfacer por más tiempo sus necesidades de reafirmación. Sin embargo, también reaccionan de la misma manera violenta, aunque generalmente en privado.
¿En términos concretos, qué significa esto? Significa que se trata de personas que buscan cubrir con un gran ego “artificial”, sus enormes carencias y necesidades, pues son inmaduros emocionalmente. Para ello, utilizan algo que se llama “suministro”, con lo que alimentan a ese ego infinitamente inseguro. Existen dos tipos de suministro.
Suministro primario: de donde el narcisista obtiene toda la atención que ansía. Esto puede ser de una manera pública (fama, rechazo público, etc.), o de una forma privada (admiración, miedo, repulsión, etc.).
Suministro secundario: se trata de las personas, medios o actividades que le entregan un suministro de forma regular, como la familia, pareja, amigos, colegas, etc. Les permite llevar una vida un poco más “adaptada”, y les entrega seguridad económica, reconocimiento social, y todo el apoyo que necesitan para seguir alimentando su condición.
Para conseguir este suministro, muchas veces se dedican a manipular a las personas, aplicando ciertos mecanismos que veremos en profundidad un poco más adelante. Aterrizando aún más el asunto, podemos encontrar otras características menos abstractas.
Por ejemplo, cuando conversan, tienden a orientar el tema hacia ellos mismos, y hablan muchas veces en forma grandilocuente, usando un tono de voz alto, y gestos con las manos. Sin embargo, cuando la conversación no es sobre ellos, muestran un desinterés total. Muchas veces, cuando se les dejan de halagar, reaccionan de forma dramática.
Al elegir pareja, lo hacen buscando justamente a quienes tengan tendencia al drama, con baja autoestima, y muchas inseguridades, de modo que sea fácil convencerlos de que dependan por completo de ellos. Y una vez ahí, ignoran las necesidades del otro, culpándolos simultáneamente de eso, y buscando el control a través de la inseguridad de la otra persona, por lo que muchas veces tienden a la promiscuidad. Así, además, siempre están a la caza de una “mejor oportunidad”. Como vemos, puede ser muy complejo involucrarse sentimentalmente con un “narciso”. Ahora, exploraremos qué le ocurre a sus víctimas, y qué pueden hacer, lo que es el objetivo final de esta doble columna.
Detalles sobre el narcicismo y la familia.
El abuso al que somete un narcisista a quienes le rodean, está ligado directamente a la naturaleza de sus propias obsesiones. Podemos separarlos en cuatro aspectos.
En resumen: bajo la imagen grandiosa, hay alguien con una autoestima muy baja, y que en el fondo posee una sensación de poca valía personal, lo que está acompañado de inmadurez emocional. Pero como esto le parece inaceptable, lo oculta, y para compensar, crea un ego grandioso y superior, que necesita alimentar y validar continuamente, a través de la aprobación y los elogios. Como es algo aparente, cualquier crítica amenaza con destruir esa frágil estructura. Por lo tanto, reaccionan de forma violenta y rabiosa al ser criticados o contradichos. Muchas veces, querrán anular o destruir a quienes les hagan sentir humillados, para poder demostrar lo contrario, y recuperar su autoimagen.
Para completar el cuadro, debido a su inmadurez emocional, el narcisista es incapaz de reconocer al otro como un interlocutor válido, como individuos que son independientes de las necesidades que el narcisista tenga. Por lo tanto, su empatía es mínima.
En esta primera parte, hemos logrado develar quiénes son estas personas y mostrar lo más claramente posible esta patología, porque es importante tener en claro, por muy desagradables que puedan parecer, que son personas enfermas. En la siguiente nota, publicaremos los siguientes temas, para que estén atentos:
Continuará...