Dinosaurios Gigantes – Una cuestión de perspectivas

Donde los adultos ven torpes muñecos robot de dinosaurios, los niños ven un viaje en el tiempo. Por eso, si se quiere disfrutar de la exposición "Dinosaurios Gigantes", se debe ver a través de los ojos de los niños.

Por Alfredo Rodríguez @AlfreoRodriguez | 2013-07-26 | 09:06
Tags | espectáculos, dinosaurios, exposiciones
"Recién entonces me cayó definitivamente la teja de lo emocionante que resultaba para ella este espectáculo tan aburrido para mí"
¿Te imaginas pagando una pequeña fortuna por ir a una actividad o evento que no te interesa en lo más mínimo? Yo lo viví esta semana cuando asistí a la exposición de animatronics Dinosaurios Gigantes en la Estación Mapocho. No, mi editor no me pidió que fuera. Tampoco perdí una apuesta. Entonces ¿acaso soy masoquista? 

No, lo que realmente me llevó a visitar esta muestra fue una de las fuerzas más poderosas del universo: la ilusión de un hijo. Llámenme vendido, pero si hay algo que logra hacer que me trague mi orgullo y acepte hacer algo que no me interesa, es la posibilidad de ver a mis hijas gozar. Y eso fue exactamente lo que pasó.

No apto para adultos.


Es importantísimo dejar algo muy claro antes que te entusiasmes con la idea de ir: la exposición no es apta para adultos. 

Para que te hagas una idea, al entrar te encuentras con una pequeña área informativa que, a través de fósiles (de plástico) y huesos (también plásticos), tratan de dar algún tipo de información básica acerca de los extintos reptiles. Luego ingresas a una especie de túnel oscuro donde se encuentran los animatronics en cuestión: diez o doce muñecos de dinosaurio, muy falsos, provistos de un movimiento similar al de un canario con narcolepsia (movimientos de cabeza y cola lentos y repetitivos). 

En cada sala había un guía disfrazado de una cruza entre payaso y físico loco que, más que entregar información, tenía que bancarse a pequeños cerebritos que les vomitaban los más intrincados datos acerca de la vida los lagartos, como si se tratara de la competencia de memorización de una enciclopedia. 

La verdad es que, a mi señora y a mí, el espectáculo nos pareció muy corto y poco atractivo, no daba para más de veinte minutos. Pero hubo un pequeño gran detalle que hizo la diferencia: no fuimos solos, llevamos a nuestras hijas. Y la verdad es que ellas lo pasaron increíble.

Los dinosaurios “de verdad”.


Mis hijas, que son muy pequeñas (4 y 3 años respectivamente) hace muy poco tiempo pasaron, en el jardín infantil al que van, una unidad acerca de los dinosaurios y alucinaron. Por esto, cuando supimos de esta exposición, y aprovechando las vacaciones de invierno, decidimos llevarlas. 

Ver la exposición a través de sus ojos es algo radicalmente diferente. Desde que el guardia les pidió su entrada no pararon de disfrutar. Recorrimos rápidamente la primera sala, explicándoles qué eran los supuestos huesos y fósiles. Ellas gozaron entregándonos a nosotros datos relevantes de la vida de los reptiles, como “que ellos nacían de huevos”. Y luego vino la mejor parte, entrar al túnel oscuro repleto de dinosaurios.

En ese momento, la cara del paleontólogo de Jurassic Park al ver a los dinosaurios clonados fue una alpargata la lado de la expresión de mis hijas, que se sentían rodeadas por dinosaurios reales. Estaban impactadas, como si estuvieran en una suerte de zoológico intergaláctico maravilloso. Maravillados recorrimos la exposición completa un par de veces, le hicimos un par de preguntas a los payasos expertos y comentamos cada detalle de los muñecos. Y cuando la exposición no daba para más, le pregunté a mi hija mayor si quería volver a ver los “huesos” del inicio antes de partir. Su respuesta fue rotunda “¡Noooo! ¡Quiero ver de nuevo los dinosaurios de verdad!”. ¡De verdad! Recién entonces que me cayó definitivamente la teja de lo emocionante que resultaba para ella este espectáculo tan aburrido para mí. Y nuevamente recorrimos la exposición, como si fuera la primera vez, gozando nuevamente cada uno de sus detalles.

Depende del espectador.


Definitivamente, la experiencia de visitar Dinosaurios Gigantes reforzó la idea de que en lo que se refiere a la entretención y la cultura, todo depende del espectador. Si mi mujer y yo hubieramos visitado la muestra solos, hubiéramos salido indignados. Pero al ir con nuestras hijas, salimos felices. Ojo, en mi opinión el costo de la exposición es muy alto ($8.000), pero si uno compra con el descuento de Movistar te descuentan un 50% del precio, alcanzando un precio similar al que uno paga cuando va al cine.

Por ese precio resultó ser un excelente panorama para disfrutar en famila, porque todos lo gozamos: mis hijas mirando los dinosaurios “de verdad”, y mi señora y yo disfrutando uno de los mejores espectáculos que un papá puede presenciar: ver a su hijo alucinar.

DINOSAURIOS GIGANTES ANIMATRONICS

4 de julio al 4 de agosto, lunes a domingo, 10:00 a 20:00 horas.

Entrada general $7.900. (2x1 Movistar, presentando mensaje)
Convenio empresas $3.000.
Convenio colegios $2.500.

Entradas a la venta en sistema Puntoticket.