Blade Runner (1982) es uno de los clásicos de la ciencia ficción. Hiper mega pulenta. Por su desolación, existencialismo y por cubrirnos de ese frío y oscuro eco de un futuro inhumano y posible, mandamientos de todo buen producto del género. Una obra maestra de Ridley Scott (quién también nos regaló por esa década la increíble y babosa Alien: el octavo pasajero) repleta de lecturas, planteamientos, Harrison “Han Solo-Indiana” Ford y Vangelis. ¡Aleluya! Y cuya secuela aterriza el 2017. ¿Destinada al fracaso o apuesta innecesaria?

Hasta hace meses la respuesta era “absolutamente”, pero luego de ver La Llegada (aún en las carteleras locales) hay esperanza, y mucha. Y es que su director, Denis Villeneuve, el mismo de los dramones policiales o alucinógenos de Sicario, El hombre duplicado y Prisoners, estará a cargo del proyecto, y por lo visto en su último film con Amy Adams y sus alienígenas sacados de Los Simpson, estamos en muy buen camino. Como diría de Bonini saliendo del camarín: “Villeneuve y la (…), te quiero ver, te quiero ver, papá”.

Porque La Llegada está dentro de lo mejor del cine este 2016, cerrando la puerta por fuera y enterrándola en un búnker antigravitacional. No por nada sigue siendo aclamada por la crítica, sumando fans y ganándose la estrellita feliz de “nuevo clásico de la ciencia ficción”. Louise Banks (Amy “cada vez más genial” Adams) es una lingüista que tiene la complicadísima tarea de comunicarse con unos extraterrestres cuya razón de su visita se desconoce y asusta. Con ritmo pausado, tomándose su tiempo, en fotografía preciosa, una nave espacial alucinante y melodías tribales entramos en este chat humano y alienígena, dejando de lado la acción y las explosiones en pos de la conversación, la introspección, la estrategia, donde la comunicación y los mensajes de vida son la clave. Avisándonos que la gran pista está en conocernos, interna y socialmente, pero sobre todo, como raza humana y sus maravillosas y mortales limitaciones. Con un giro inesperado, actuaciones al hueso, estética única y una propuesta dramática que refresca el género.

Así, nos inspiramos y armamos otras nueve producciones Sci-Fi de los últimos cinco años, de la más actual a la más antigua, que debes sí o sí conocer o re-descubrir. Todas interesantes y para volarte la cabeza.

9. Ex Machina (2015)

Alicia Vikander es Ava, la última chupada del mate en lo que inteligencia artificial respecta, y junto a Domhnall Gleeson y Oscar Isaac, estudiante y su maestro científico, respectivamente; arman este misterioso y tecnológico trío que tiene como locación una moderna mansión-búnker en un desconocido y lejano paraje cordillerano. La soledad del futuro. Ellos tienen la misión de saber si la robot es tan humana como parece, ella, también. Thriller abrumador con la era de internet como regente y la figura de un maquiavélico genio computín como titiritero. Steve Jobs, aún te tememos. Ojo con la escena de baile de Isaac.

8. Mad Max: fury road (2015)

Qué más se puede decir de ella. Que es perfecta, que es lisérgica, que es polvorienta, que nos pone al volante a la heroína más icónica del cine de acción reciente: Imperator Furiosa (Charlize Theron). Con un guión y dirección de altar digno de la cabeza extraterrestre de George Miller. Otra crónica del ex policía loco (antes con Mel Gibson, ahora con Tom Hardy) que pone en jaque sus inestables valores ante la duda de ayudar o no a un grupo de mujeres que desea escapar de un aborrecible dictador. La postal arenosa y grasienta del peor futuro, con la mejor realización y un cariz feminista. Dueña de un lenguaje, tiempo y universo visual de cátedra filosófica y cinematográfica. What a lovely day.

7. Snowpiercer (2013)

Joon-ho Bong es un director surcoreano que años atrás renovó el género de monstruos con su The Host, dejando a Godzilla como un cuento de niños. Tanto fue el éxito que Hollywood puso plata y cartas en él para traernos el viaje incesante de un tren post apocalíptico sin rumbo en el cual las clases sociales se reparten según vagones, con pobres y ancianos siendo fusilados y esclavizados por la necesidad del ferrocarril. Hasta que Capitán América, perdón, Chris Evans y un grupo de rebeldes arman un mortal plan para llegar al todopoderoso conductor o “gran hermano”. Entretenido y sangriento experimento fílmico, muy del corte oriental, que metaforiza sobre el sistema, pareciendo a ratos un videojuego y otras una tragedia griega.

6. Al filo del mañana (2014)

Convengamos que para muchas y muchos Tom Cruise es odiable, por la cientología, por su risa, vaya a saber porqué más. Pero es innegable su talento como actor, y en lo que nos convoca, al representar positivamente un héroe de acción, y mejor aún, ciencia ficción. Minority Report, La Guerra de los Mundos, Oblivion están en su curriculum. Y Al filo del mañana es quizás su mayor testimonio. Aquí es un sargento arrogante, detestable y cobarde que en tiempos de guerra alienígena sólo se dedica a estar en su escritorio y hablar para la tele, hasta que por accidente se conecta con la sangre de un marciano y descubre que tiene la maldición, porque eso es: morir y revivir una y otra vez. Con la seca Emily Blunt acompañando este dilema. El día de la mascota pero extrema y explosiva. Su director Doug Liman (La identidad de Bourne) estaría detrás de la próxima “Liga de la justicia oscura”. ¡Go, nerds!

5. Interstellar (2014)

¿Hay algo más lindo que un teseracto o portal multidimensional en una biblioteca de infancia? Bueno, para el metahumano de Chirstopher Nolan parece que no. Con una filmografía exitosa y con otras tremendas cintas en el género como Inception y Prestige este director nos abrocha los cinturones en un viaje por el cosmos, en un sello sumamente ochentero, y un Matthew McConaughey en su mejor momento actoral que cruza espacio y tiempo para salvar a la Tierra de su extensión, pero por sobre todo, para reencontrarse con su hija. Hans Zimmer en la música, Jessica Chastain (que está también en ese bonustrack llamado The Martian) de coprotagonista, unos androides que son tetris vivientes y planetas hechos de sólo grandes océanos o interminables montañas. Saca aplausos.

4. Her (2013)

Todas y todos nos podemos enamorar de Scarlett Johanson, eso ni se discute y hasta se perdona. ¿Pero enamorarse sólo de su voz? Sí, también. Y el gran Joaquin Phoenix lo sufre interpretando a Theodore, un redactor de tarjetas del futuro que entabla una rarísima relación con Samantha, o la voz de la aplicación de su celular y otros aparatos domésticos. Intensa, hermosa, humana y profética. Un bello espectáculo visual en tonos rojo pastel que a un loco lindo como Spike Jonze podía ocurrírsele. Ganadora del Oscar al Mejor Guión y parte del catálogo de otras símiles de la ciencia ficción-romántica como El eterno resplandor de una mente sin recuerdo (la más gigante de todas). Oda a cómo sopesar una ruptura amorosa. ¡Ah! Y con Scarlett, ya referente en estos lares: Lucy, Under the Skin y la esperada Ghost in the Shell. Ídola.

3. Looper (2012)

Es imposible que Joseph Gordon-Levitt se parezca a Bruce Willis, menos que uno sea la versión joven del otro, más con un maquillaje muy al debe para lograrlo. Bueno, a pesar de eso, estamos frente a otro imperdible. Tanto, que su director, Rian Johnson, fue fichado para hacer Star Wars: episodio VIII por esta película. Palabras mayores. Joe (Gordon-Levitt y Willis) es un drogadicto que su pega es matar –sin verle la cara- a criminales que vienen del futuro, aparecen, él dispara, listo, me voy. Pero todo cambia cuando uno de sus “despachaos” se saca la capucha, y se encuentra a él mismo, pero más viejo. Nuevamente con Emily Blunt y descifrando el misterio de un niño que al parecer traerá el fin de la humanidad.

2. Another Earth (2012)

Imagina que un día despiertas y frente a tu ventana, en el cielo, ves otro planeta Tierra entre las nubes, el mismo, su clon, con su geografía y población. Cuático. Y que los gobiernos hacen un sorteo para que un grupo de personas, sólo algunas, puedan viajar a esta “otra Tierra”, quedándose allá sin poder regresar. Más cuático, aún. Ópera prima de Mike Cahill con la actuación selecta de Brit Marling en el rol de Rhoda, una joven que por una noche de carrete condiciona un accidente automovilístico matando a casi toda una familia, siendo su única redención y escape, al que igual que todas y todos los que estarán en esta nave, el desaparecer de “nuestra” Tierra o acercarse a ese padre que lo perdió todo, por su culpa.

1.Attack the Block (2011)

Will Smith antes de ser el Capitán Steven Hiller del Día de la Independencia, Jay en Hombres de Negro o Robert Neville en Soy Leyenda fue un adolescente callejero en El príncipe del rap. En este nuevo siglo, John Boyega antes de ser Finn de Star Wars: el despertar de la fuerza o Pentecost en la próxima Pacific Rim: Maelstrom fue Moisés, también un adolescente callejero y que además ya había luchado contra alienígenas flourescentes en Attack the Block. Otra joyita. Chistosa, inglesa y barrial. Los extraterrestres aterrizan en la periferia de Londres, y se topan con un grupo de quinceañeros “niggas”, pandilleros y ladronzuelos que van a defender sus blocks a toda costa: con sables, fuegos artificiales y bates por arma. La única comedia del ranking, sumamente creativa y repleta de marihuana, hip-hop británico y jerga popular. Porque las batallas interplanetarias no sólo pasan en el espacio o a gran escala con tanques y aviones, también en la vecindad, con navajas, pandillas y en tu edificio.

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