El 23 de julio, Javiera, una pequeña de 58 días de vida nacida en Chiloé, se transformó en la paciente de menor edad transplantada en Chile, tras recibir un hígado para corregir una hemacromatosis que la tenía al borde de la muerte.
El caso, que emocionó a toda la nación, provocó sin embargo, algo de polémica ¿Era sabio ocupar ese órgano en un caso de alto riesgo, como ese bebé, siendo que hay tanta gente en lista de espera? ¿Tiene ese bebé posibilidades reales de sobrevivir?
El doctor Marco Arrese, hepatólogo de la UC, cuenta que el primer trasplante de hígado se realizó por el año '64 y que desde el '83 ha tenido un crecimiento exponencial, porque desde esa fecha se consideró que era una terapia totalmente probada para tratar la enfermedad hepática crónica avanzada.
“Uno puede llegar a tener una enfermedad hepática crónica avanzada por diferentes caminos; consumo de alcohol, infección por virus, enfermedades autoinmunes, enfermedades genéticas. El trasplante se hace en adultos y niños, normalmente con un donante cadáver, que corresponde a una persona que tiene muerte cerebral, de acuerdo a criterios que están internacionalmente aceptados y que se documentan de manera muy estricta antes de proceder al trasplante”, señala el profesional.
No es una operación frecuente, porque son pocos los niños tan pequeños que necesitan trasplante. La afección al hígado más común es la atresia de vías biliares y normalmente los niños se trasplantan entre los dos y los tres años de edad. Esto, gracias a una operación que permite esperar y realizar la operación cuando el niño está en mejores condiciones. Pero en casos raros, donde la falla hepática es grave en los primeros días de vida, se puede hacer lo que vimos que ocurrió con este bebé. Obviamente, requiere de una destreza importante por parte del cirujano, tanto al hacer las secciones correspondientes como al hacer la unión del órgano con el del paciente.
Debiera ser el mismo. Cuando un trasplante hepático resulta bien, el paciente anda muy bien; puede hacer una vida normal. Eso es lo que ocurre en el 70% de los casos. Alrededor del 10% muere dentro de un tiempo y cerca de un 20% presenta complicaciones que a veces requieren de un nuevo trasplante. Por supuesto no hay garantías de que las cosas vayan a salir bien, pero hay buenas posibilidades. Las primeras semanas son críticas y muy decidoras, pero si el paciente pasa el año, normalmente, anda bien.
La niña nació con una enfermedad que es la hemocromatosis neonatal por la cual los niños mueren rápidamente porque se acumula hierro en el hígado y falla. Era un caso donde la única posibilidad de que viviera era un trasplante, por eso esta guaguita pasó al primer lugar en el sistema de asignación de órganos que funciona con el criterio del sicker first, el más enfermo primero. Es lo que correspondía hacer.
Y tiene grandes posibilidades de que todo ande bien. Eso sí, lo más probable es que necesite tomar medicamentos de por vida, que son inmunosupresores. Eso aún en el caso del hígado, que es bien tolerado por las personas receptoras ya que sólo requiere un match de grupo sanguíneo. Si aparecen síntomas, pueden irse guiando si es que la persona se controla como debe. Por eso depende mucho de cada paciente. Hay algunos que se cuidan y otros se ponen a comer, engordan, y eso puede llevar a complicaciones.
El hígado tiene una anatomía especial, que se llama anatomía en forma de segmentos. Es un órgano que está distribuido en 8 pedazos y cada uno tiene una situación individual desde el punto de vista vascular. Funciona como una unidad. Por lo tanto, teóricamente se puede sacar una partecita y usarla.
Puede ocurrir que haya disponible un hígado grande -de un kilo y medio, que es lo que puede pesar el de una persona adulta- y que haya dos pacientes pediátricos que lo necesiten. En ese caso, se puede partir y darle una mitad a cada uno. Y también puede ocurrir que se tenga un órgano grande y sólo un niño receptor. En este caso, que la guagüita era tan pequeña, incluso la mitad izquierda, que es la de menor tamaño, le quedaba grande. Entonces lo que hicieron los cirujanos fue ponerle sólo el segmento 4. Ese segmento, si todo funciona bien, va a ir creciendo junto con el niño.
El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo, llegando a pesar en un adulto kilo y medio. Está formado de dos lóbulos principales de los cuales el derecho es más grande que el izquierdo. El color café rojizo de este órgano se debe a la cápsula de tejido conectivo que lo cubre.
¿CUÁLES SON LAS FUNCIONES DEL HÍGADO?
El hígado es un órgano esencial para la vida. Posee más de dos mil funciones.
Fuente: www.higadograso.cl sitio web de los médicos Marco Arrese y Francisco Fuster.