Imagen: César Mejías

Por qué deberías desactivar todas las notificaciones de tu celular

Estamos tan unidos al celular, que nos acompaña hasta en nuestros momentos más íntimos, desde nuestras idas al baño, hasta los sucesos más importantes de la vida. Esta relación tan intensa, ¿nos ayuda a ser más felices?

Por Juan Reyes | 2017-02-07 | 18:00
Tags | celular, smartphone, whastapp, notificaciones, llamadas, concentración, interrupción, relaciones, tecnología, estrés

Rápidamente el celular ha ganado protagonismo en nuestras vidas, hasta el punto en el que le dimos el derecho a interrumpirnos cada cinco minutos. Nos ponemos alerta incluso al escuchar sonidos de notificación de otros y sentimos vibraciones “fantasma” en nuestra pierna, aunque el celular realmente no esté vibrando. Parece que hoy los humanos también funcionamos a control remoto, ¡bienvenidos al siglo 21!

La belleza de comunicarnos al instante sin importar la distancia aún nos tiene hipnotizados. El celular es más eficiente que las palomas y los carteros; nuestros antepasados también estarían fascinados con esta tecnología. No obstante, hasta el agua te puede matar si la tomas en exceso. Pese a las maravillosas posibilidades que esconde, un celular que suena cada cinco minutos, podría estar convirtiéndote en una versión mediocre de ti mismo.

Las interrupciones son fuente de estrés

Cuando eres frecuentemente interrumpido mientras estas trabajando en algo que requiere tu atención, sientes cansancio y aumenta tu nivel de estrés. En un estudio realizado por la Universidad de California en Irvine, montaron un ambiente de trabajo ficticio, en donde los participantes debían hacer una serie de tareas de oficina. El objetivo era determinar el efecto de las interrupciones en el trabajo, mediante mensajería instantánea o teléfono.

Sorprendentemente las personas que eran interrumpidas mientras trabajaban no necesariamente se demoraron más en terminar las tareas ni cometieron más errores (en tareas no demasiado complejas), pero tuvieron que pagar un alto costo para lograrlo: sintieron más carga laboral, frustración, presión y estrés.

El celular es por excelencia una gran fuente de interrupciones y todo parece indicar que en el largo plazo prestar atención a sus notificaciones mientras estamos ocupados, produce lo contrario a lo que estamos buscando en ellas: infelicidad. Estamos haciendo más cosas en el mismo tiempo y agregando aún más carga a nuestras ajetreadas vidas.

Revisar el celular mientras haces otra cosa: mala idea

La mayoría de los humanos no somos muy buenos haciendo múltiples tareas a la vez, por lo que la interacción frecuente con el celular puede disminuir el desempeño en algunas tareas que estamos realizando, sobre todo si son más complejas y requieren de mayor concentración.

Nuestros recursos para prestar atención son limitados y se deben “compartir” con el demandante aparato. Esto quiere decir que si estás trabajando y a la vez tienes tu celular avisando cada cinco minutos que te etiquetaron en Facebook o que te llegó un mensaje, no vas a lograr el mejor resultado posible. La repercusión negativa del celular ocurre incluso si decides ignorarlo, acorde a investigadores de la Universidad de Florida, cuando sientes la notificación ¡el daño ya está hecho! Una parte de ti ya dejó de prestar atención a lo que estabas haciendo.

Cuando una persona está totalmente inmersa en una actividad, perdiendo a veces incluso la noción del tiempo, está en “la zona” o en un estado de flujo. Una experiencia que vivimos cuando enfrentamos retos que están justo al límite de nuestras habilidades y que nos resulta agradable. Esta es una de las tantas cosas que nos perdemos por estar pendientes del celular en todo momento (y que herramientas como la técnica Pomodoro intentan devolvernos).

Conversar en persona y revisar el celular: eso sí que es estar “conectado”

El mal uso de los celulares incluso puede reducir la calidad de las relaciones con otras personas. Chile es uno de los países sudamericanos con mayor uso del celular y según Gfk Adimark-Entel, un 56% de los encuestados en algún momento ha sido amonestado por estar usándolo. A veces el estar tan “conectados” nos aleja de los demás y causa molestia. Cuando estamos atentos al celular mientras conversamos en persona, proyectamos desinterés e indiferencia. Parece que tendremos que actualizar el “Manual de Carreño” (aquí una ayudita de El Definido).

¡Apaga tus notificaciones! No te hacen más feliz

Está más que claro que la nomofobia, el miedo incontrolable a estar sin el celular (que la mayoría tenemos), irá en aumento y que más de uno se ha condenado a tener escasez de momentos memorables sin ser interrumpido por algún radiante chirrido digital. La buena noticia, es que el estar consciente de estos efectos negativos, ayuda a prevenirlos y hay una manera fácil de hacerlo.

No es necesario que tu celular suene cada vez que te llega un WhatsApp, una notificación de Facebook o un correo electrónico. Desactivar las notificaciones del celular no toma más de cinco minutos y te permite retomar el control: tú eliges el momento adecuado para revisarlo. Es una propuesta, no te obligaremos, pero no estaría nada de mal probar al menos un día.

Un cambio tan sencillo, en algunos casos puede aumentar sustancialmente la calidad de vida de una persona. Una carga menos para nuestros sobreestimulados cerebros, que tienen que lidiar con un mundo que se torna cada vez más complejo.

En mi caso, el susodicho solo suena cuando me llaman o llega un SMS. Si me necesita urgentemente llámeme.