Imagen: César Mejías

Los dinosaurios habrían tenido plumas (y por qué eso lo cambia todo)

¿Dinosaurios emplumados? ¿Es eso posible? Claro que sí, y todo es producto de las últimas dos décadas de descubrimientos en paleontología. Porque no sólo los pájaros tienen plumas.

Por Alvaro Lopez B. | 2017-03-23 | 14:41
Tags | dinosaurio, ave, pluma, ciencia, prehistoria, jurasico

Todos recordamos a los temibles velociraptors de alguna de las películas de Jurassic Park. Pero… serían bastante menos aterradores, si los hubieran cubierto de plumas, ¿no creen? O sea, parecerían más bien unos pollos enojados, y nadie les tendría mucho miedo. Pues bien esto no es solo un ejercicio cómico, más bien es el consenso que ha ido creciendo en la comunidad científica en los últimos años: que los pollos… o sea, que los dinosaurios, eran unos plumíferos.

En El Definido te contaremos todo sobre este sorprendente hallazgo.

Los dinosaurios, ¿qué son?, ¿desaparecieron realmente?

Los dinosaurios, como todos sabemos, fueron unos reptiles enormes que dominaron la Tierra hasta que fueron diezmados, aparentemente debido al impacto de un enorme meteorito en el Golfo de México, hace unos 65 millones de años. Así es, diezmados, porque no desaparecieron.

A través de una ardua investigación genética, se ha probado recientemente que todas las aves que conocemos, son dinosaurios en miniatura, descendientes directos de aquellos gigantes que posiblemente se convirtieron en petróleo.

Están tan emparentadas con los dinosaurios, que incluso se ha podido averiguar cómo caminaban esos reptiles, al agregarle una cola a una gallina, y así simular su manera de andar. De hecho, esa investigación es de un chileno, y ganó un codiciado (?) premio IgNobel.

Ahora bien, uno creería que los descendientes de los dinosaurios, son animales como los cocodrilos… pero no. Los cocodrilos en realidad son “primos” de los dinosaurios, y aunque aparecieron al mismo tiempo que ellos, descienden de una rama más antigua todavía de la vida. (Tal como cuenta la cocodrilopedia u otras fuentes).

Así de emparentados están las aves, con los dinosaurios. Canal 13.

¿Dinosaurios emplumados?

Todos recordamos películas épicas como Jurassic Park, o Godzilla (bueno, él no es terrestre… ¡pero lo recuerdo igual!), y los más ñoñitos siempre encontramos muy emocionante imaginar a los dinosaurios peleando unos con otros, asustando a los pequeños mamíferos, quejándose de sus brazos cortitos, bueno ya saben, todo lo clásico relacionado con los dinosaurios. Y lo que les hacía más aterradores, era su apariencia. Una especie de cocodrilos gigantes, musculosos y brutales.

Al comienzo, estaba todo bien. A principios del siglo 19, los científicos recién estaban desarrollando la disciplina de la paleontología, debido a los descubrimientos de numerosos fósiles de dinosaurios. Respecto a su apariencia, todo parecía indicar que se parecerían a los lagartos modernos. De hecho, el primer dinosaurio descubierto en el siglo 19, el Iguanodon, se llamó así, porque les evocó una iguana gigante a sus descubridores. Recién en 1863, se descubrió el Arqueopterix, un dinosaurio con alas y plumas, y que se consideró además una prueba fehaciente de la teoría de la evolución de Darwin, que en esa época era la discusión de moda (“¡tomen, creacionistas!” dijo Darwin).

El problema, es que si bien el fósil tenía plumas, posteriormente nunca hallaron ningún “paso intermedio”, entre las plumas, que son las estructuras más complejas en la piel de todos los vertebrados, y algo más sencillo. Por lo tanto, el paso de reptiles a aves, siempre tuvo esa “área gris”, donde no se sabía qué había pasado.

Lo que sí pasó, fue el tiempo. Muchísimo tiempo. Y entremedio se inventó el cine, la televisión, y los dinosaurios seguían siendo esos reptiles calvos y aterradores. Llegó Jurassic Park el año 1993, y toda una nueva generación vio lo aterradores (y reptilescos) que eran estos enormes animales. Lo malo… es que las cosas estarían por cambiar.

Resulta que en 1996, los chinos encontraron al primero de una asombrosa serie de fósiles, que cambiarían por completo la percepción que los científicos tenían respecto a los dinosaurios. Se trata del Sinosauropteryx prima, un fósil extraordinario, que tenía preservado huevos del animalito, tejido blando, y hasta un dinosaurio más chico que se había comido, en su estómago. Lo más interesante... es que poseía plumas. Y luego, en sucesión, se descubrieron también en China otras cuatro especies durante los tres años siguientes, y todas con plumas muy bien preservadas, lo que hizo pensar que naturalmente, el resto de la familia a la que pertenecían a esos animalitos, también tenían plumas. Esa familia, es la de los terópodos, a la que también pertenece el Arqueopterix, y es la familia de la que descienden las aves. Por lo tanto, el consenso era que, ok, los terópodos seguramente eran plumíferos, y estas plumas se intercalaban también con escamas y con “protoplumas”, que eran muy parecidas a la “cañita” de las plumas, en las aves actuales.

Pero ojo, los terópodos también incluyen a los velociraptors, al Tiranosaurio Rex, y al Ceratosaurio, entre otros. Sí, amigos, todos plumíferos y emplumados.

Tiranosaurio Rex con plumas. ¡Pero si es un pollo! ¡Un pollo enojado!. Arvalis

De todas maneras, hasta hace muy poco, se consideraba que si bien los terópodos eran unos plumíferos hechos y derechos, había otro orden de dinosaurios, los ornitisquios (o sea, la familia del Iguanodon y del Triceratops - el dinosaurio con cachitos y cuello tipo cono de la vergüenza), que se pensaba eran escamosos, sin plumas. Sin embargo, recientemente se ha descubierto que esos animalitos (o animalotes), ¡también tenían plumas! Y no solo plumas, sino que también una buena parte de ellos, ¡tenían alas! De hecho, se considera que el ancestro común de todos los dinosaurios, era un plumífero.

Más aún, a fines del año pasado (2016), se encontró un fósil impresionante: un trozo de ámbar, con un fragmento de cola de dinosaurio, preservada perfectamente… con piel, y adivinen: ¡con plumas! (click acá, para ver las imágenes)

¿Qué significa todo esto?

En primer lugar, esto significa que los dinosaurios no eran como los imaginábamos, o como los veíamos en las películas. No se veían como esos reptiles enormes y cocodrilescos, tipo Godzilla, sino más bien como pollos muy enojados (los depredadores), o pollos despistados (los herbívoros). Entonces, lamento decirlo, pero toda la saga de Jurassic World es una gran mentira, al menos en lo estético.

Ahora, había una gran variedad de apariencias: desde plumas con muchos colores (aquí un paper sobre eso), hasta mezclas de escamas, con tubos rígidos, y plumas propiamente tales. Plumas alargadas, y plumas muy cortas. Plumas de todo tipo.

Ah, y por si acaso, los dinosaurios no eran como las lagartijas: eran animales de sangre caliente, y tenían termorregulación.

Como vemos, una vez que existen pruebas suficientes, la ciencia es capaz de cambiar de opinión, aún cuando se trate de cosas dadas por hecho durante 200 años o más. No hay ningún problema en cambiar las opiniones erróneas, por más tradicionales que sean, por aquellas que parecen más correctas, y que permiten avanzar en nuestro conocimiento del mundo. Es una pequeña sugerencia que nos hace la ciencia: aceptar nuestros errores, y mejorar cada día. ¡Que estén muy bien!