Talibanes de la ortografía… ¿tanto inporta komo escrivo?

No es una defensa a escribir mal, sino al respeto que debe imperar cuando hacemos ver a otro sus errores.

Por Alfredo Rodríguez @AlfreoRodriguez | 2013-08-06 | 09:37
Tags | ortografĂ­a, educaciĂłn, respeto, textos, escritura, redes sociales
"Encontrar la paja en el ojo ajeno se ha vuelto uno de nuestros deportes favoritos, como si detectar errores fuera más valorable que hacer algo con nuestras propias manos."

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Ola ke ase! Oi te boy a excrivir un tecsto sovre ortografia. Es pero qe te guste, por quĂ©, lo excrivĂ­ con muxo amor. A hora lo boy a enpezar. Dise hacĂ­…

ÂżTe ha pasado que estás en internet, twitteando feliz de la vida, y al segundo de apretar tweet te llega una tremenda foca de un desconocido? A mĂ­ varias veces, y algunas justificadas, pero hay un tipo twittero furioso que todavĂ­a no logro entender: el talibán de la ortografĂ­a. Se trata de ese miembro no oficial de la RAE que vela porque en internet se respeten las normas del buen escribir. Es un tipo irascible producto de su compulsiĂłn, que no soporta el más simple error en nuestra expresiĂłn escrita. 

Es triste, porque me parece que, utilizando un argumento valioso, como el respeto por el buen escribir, arrasan con un valor aĂşn más poderoso, el del respeto por la persona que no sabe o que se equivoca. ÂżEn quĂ© momento permitimos que la ortografĂ­a se volviera más importante que lo que se está escribiendo o, peor aĂşn, que el ser una persona amable y respetuosa?

La ortografía es necesaria (y bacán).

Me gusta la ortografĂ­a y me esfuerzo por escribir bien, porque entiendo que es importante. Pero, al contrario de lo que otros piensan, no considero que la ortografĂ­a sea importante porque dicte la forma de escribir correctamente. Para mĂ­, la ortografĂ­a es un conjunto de reglas que permiten que todos podamos entendernos de la forma correcta. 

El problema de escribir “Ahí me duele” en vez de “¡Ay! ¡Me duele!” es que efectivamente entendemos cosas distintas. Y ahora que tipeamos todo lo que escribimos, al escribir “komo con arroz” es difícil distinguir si se trata de ortografía incorrecta (como con arroz) o tipeo incorrecto (lomo con arroz). Y lo peor de todo es que el maldito troll que diseñó el teclado tuvo la maravillosa ocurrencia de poner peligrosamente juntas la “s” y la “z”, la “n” y la “m”, y para qué decir la “v” y la “b”.

La ortografĂ­a.

Para mĂ­, lo importante siempre será que un texto cumpla su funciĂłn de transmitir el mensaje. Y por lo mismo entiendo que un texto en un medio informativo debe estar bien escrito, porque de otra forma pierde seriedad, lo que le puede incluso restar credibilidad. Y el texto de una novela, cuando presenta un error, nos puede sacar de la historia y boicotear por completo nuestra experiencia emotiva. 

Pero cuando me topo con talibanes, policĂ­as del correcto escribir, reconozco que me rebelo (y con "b", no con "v"). Es que pareciera que para ellos, el escribir bien no es lo más importante, es lo Ăşnico importante, incluso más importante que el contenido de lo escrito. ÂżPor quĂ© se sentirán insultados al ver una falta? ÂżCreerán que son incapaces de cometer errores? Me parece que en el fondo encontrar la paja en el ojo ajeno se ha vuelto uno de nuestros deportes favoritos, como si detectar errores fuera más valorable que hacer algo con nuestras propias manos. Porque es más fácil encontrar un error en la proporciĂłn, que hacer un dibujo; un error de continuidad, que hacer una pelĂ­cula; un error de ortografĂ­a, que escribir lo que sea; e insultar, que hacer reĂ­r.

En el fondo, es un problema de forma.

Yo entiendo la relevancia de la ortografía a la hora de comunicarnos, porque para comunicarnos lo importante es entendernos. Pero hay que ser capaz de ver que muchas veces la existencia de una falta (de ortografía o de lo que sea), por mucho que nos moleste, no impide que exista esa comunicación. La mayoría de las veces simplemente la dificulta por el hecho que la detectamos y nada más. Y en esos casos tenemos toda la razón de ayudar a hacer notar el error para evitar futuras confusiones. ¡Pero hay que hacerlo de buena manera! Porque hay cosas que dificultan mucho más la buena comunicación que una falta de ortografía. Cosas como la falta de respeto o de amabilidad.