Que los endulzantes son la panacea. Que son el terror mismo, un arma más de la conspiración illuminati y el Frente de Liberación de Gnomos, para causar el apocalipsis y cáncer a todos. ¿Cuál es la realidad? ¿Héroes o villanos? ¿Buenos, o malos? ¿Tangananica, o Tangananá?

En esta ocasión, nos embarcamos en una revisión de los antecedentes que nos ha entregado la ciencia, respecto a los nunca bien ponderados endulzantes. ¿Panacea o apocalipsis? Hoy en El Definido, lo averiguaremos.

¿Qué es un endulzante?

Un endulzante o edulcorante, es un producto que reemplaza al azúcar (o sea a la sacarosa), generalmente entregando menos calorías. Existen endulzantes naturales, como la estevia, y otros artificiales, como la sucralosa, que es totalmente sintetizado. De acuerdo a la FDA, el organismo que regula los alimentos y medicamentos en EE.UU., a los más conocidos también se les llama “endulzantes de alta intensidad”, porque poseen una intensidad de sabor muchas veces más grande que el azúcar. Nadie le echa una cucharada de pastillitas al café… Pero también existen otros, de menor intensidad, que se derivan del alcohol (sorbitol, lactitol, etc.), y que tienen un poder endulzante entre un 100% y un 25% del azúcar, y algo menos de sus calorías.

¿Cuáles se utilizan en nuestro país?

Si bien en EE.UU. sólo se permiten seis endulzantes artificiales de alta intensidad, y 1 natural (estevia), acá en Chile la cosa es un poco más amplia: sacarina, ciclamato, aspartamo, sucralosa, neotamo, acesulfamo, estevia, taumatina, y dextrosa, entre otros. En ambos países, se permiten los endulzantes derivados del alcohol.

Actualmente, en Chile, los endulzantes han tenido un enorme auge, debido a que la Ley de Etiquetado ha estimulado su uso como reemplazo del azúcar en 1.550 productos, lo que ha preocupado al Ministerio de Salud, que actualmente se encuentra investigando los posibles efectos secundarios de un uso tan abundante de estos productos, en especial cuando se trata para productos consumidos por niños.

¿Qué efectos secundarios producen los principales?

- Ciclamato + sacarina

Se han realizado muchísimas investigaciones al respecto. Hay algunas clásicas y polémicas. Por ejemplo, en 1969, se estudió el efecto del consumo de ciclamato combinado con sacarina, en ratas, y se encontró que incrementaba la aparición de cáncer de vejiga. Esto hizo que fuera prohibido ese mismo año por la FDA en Estados Unidos. Lamentablemente, no se ha encontrado evidencia de que esto se repita en los seres humanos, por lo que la prohibición del ciclamato (que aún sigue), persiste en la controversia.

- Aspartamo

El aspartamo, también tiene su dosis de polémica. Aunque el año 2013 un meta-estudio que abarcó más de 600 investigaciones, conducido por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, no encontró problema ni daño alguno a la salud, sí se ha encontrado que este compuesto es altamente tóxico y muy, muy perjudicial para quienes son fenilcetonúricos, o sea, que tienen intolerancia a la fenilalanina (what? ¡esto!). Asimismo, no lo deben consumir quienes están sometidos a tratamientos contra la esquizofrenia. Pero de todas formas, no hay evidencia que produzca cáncer o sea neurotóxico (aquí, un paper que revisó toda la evidencia disponible hasta el 2007).

- Sucralosa

Respecto a la sucralosa, de acuerdo a la Comisión Científica de los Alimentos de la Unión Europea, esta no implica riesgo alguno para la salud humana, aunque existe un estudio que la asocia a la migraña, y a la aparente disminución de la flora bacteriana en ratones. También, posiblemente se degrada parcialmente en cloropropanol, al ser calentada para cocina.

- Sacarina

La sacarina, que fue prohibida en EE.UU. debido a un estudio sobre el cáncer de vejiga (y aparentemente produce cáncer en ratones, pero no en humanos), además tiene otra desventaja: es adictiva. Pero no sólo un poco. ¡No! De hecho, este estudio muestra que es más adictiva que la cocaína… intravenosa. En efecto, este resultado, según los investigadores, no se limita sólo a la sacarina, sino que a todo producto con un intenso sabor dulce. ¡Así que mucho ojo! (En especial porque el aspartamo, el acesulfamo, la sacarina, la sucralosa y el neotamo son 180, 200, 300, 600 y 7 mil veces más dulces que el azúcar, respectivamente).

De todas maneras, por precaución, se recomienda que los endulzantes artificiales no lo consuman ni embarazadas, ni tampoco niños menores de 2 años (de hecho, se sugiere que hasta esa edad, no consuman ningún alimento con azúcar agregada.).

¿Ayudan a bajar de peso?

La respuesta es compleja. En general, si uno tiene una dieta alta en azúcares, el cambio a un endulzante, sí ayuda a bajar de peso.

Sin embargo, hay que tomar en cuenta que si ese no es el caso, se ha encontrado que endulzantes como el aspartamo, y la sucralosa han elevado el azúcar en la sangre de animales de laboratorio, lo que está ligado al riesgo de sufrir diabetes.

Aún más, según un muy reciente estudio, se encontró que la sucralosa estimularía la producción de grasa en las células adiposas, en particular de quienes ya poseen grasa acumulada en sus tejidos. Otra cosa sorprendente, es que se ha encontrado quienes toman bebidas bajas en calorías tienen un 53% más de posibilidades de subir de peso que los que no las toman.

Ahora bien, en el mismo estudio indican que quizás la relación no es directamente con las bebidas, sino con otros fenómenos asociados a su uso, como por ejemplo que la sensación de saciedad es menor que con los productos azucarados, por lo que eventualmente terminan consumiendo más grasas, o bien, también se puede deber a cambios metabólicos producidos por la ausencia de azúcar en la dieta.

Como ven, la respuesta es un poco compleja, pues aparentemente los endulzantes no son por completo la panacea para bajar de peso. Aunque claro, ayudan.

Entonces, ¿cuáles son las recomendaciones para su consumo?

En primer lugar, les contamos que existe el concepto de “Dosis Diaria Aceptable”, o sea, la cantidad de un compuesto que se puede consumir, sin que sea tóxico para el ser humano. ¡Porque hasta el agua puede ser tóxica en exceso!

De todas maneras, la dosis diaria está calculada para ser 100 veces menor que el mínimo que puede causar daño, de modo que tengamos seguridad por todas partes. Les copiamos, a continuación, la práctica tabla que tiene la FDA, al respecto:

De todas formas, hay que considerar que aún no existen estudios consistentes, que muestren el efecto a largo plazo del consumo de cantidades iguales o superiores a 700ml diarios de bebidas bajas en calorías, a pesar de tener asociado aumento de peso en algunos casos, como ya mencionamos.

Por otra parte, debemos considerar que la cantidad de azúcar diaria recomendada, por el Ministerio de Salud de EE.UU., es de 10 cucharaditas. Lo malo, ¡es que eso es menos de lo que tiene una bebida individual! Y tienen razón los norteamericanos, porque un exceso de azúcar produce desde obesidad, hasta diabetes e indirectamente cáncer.

Y entonces, ¿en qué quedamos? Como se puede apreciar en la tabla, las dosis de endulzantes de alta potencia, tienen que ser muy elevadas para llegar a la dosis diaria máxima. Pero por otra parte, si abusamos de los endulzantes, podemos tener consecuencias muy inesperadas, llegando incluso a subir de peso. Por lo tanto, la conclusión es natural: La moderación es la clave, como en todo. Y si uno tiene diabetes, por ejemplo, en general se puede consumir endulzantes, idealmente consultando con un médico. Eso sí, es preferible, consumir edulcorantes de origen natural, como la estevia (pura, no combinada con otras cosas). Si no, endulzantes artificiales. O bien, azúcar, pero un máximo de 10 cucharaditas al día. Ojo, que muchos alimentos que no nos imaginamos tienen azúcar, como la salsa de soya, o la salsa de tomates (aquí hay una lista).

Y no pensemos que únicamente con controlar ese aspecto de nuestra alimentación, hará que tengamos una dieta saludable. También es necesario complementar con algo de ejercicio, y claro, en lo posible una disposición de ánimo empática y positiva… somos seres integrales.

¿Cómo endulzas tus alimentos? ¿Qué consejos de alimentación saludable compartirías?