Imagen: César Mejías

16 medidas que harían de Chile un país mejor (y más entretenido)

Desde dejar de usar palabras que no hacen más que dividir, hasta curiosos reembolsos de isapre, Mane Cárcamo presenta su lista de cosas que harían de nuestro país un lugar aún mejor.

Por Magdalena Cárcamo @manecarcamo | 2017-07-12 | 15:00
Tags | Chile, medidas, actitudes, sociedad, empresas, prejuicios, Claudio Bravo

Lo discutimos en las sobremesas, lo polemizamos en los lugares de trabajo, lo pensamos mientras vemos la tele: nuestro país puede y debe mejorar.

Con políticas públicas que promuevan el respeto, la dignidad, la justicia y al menos las necesidades básicas de todos los chilenos. Pero también hay un cambio que nosotros debemos provocar, en el que cada uno debe aportar, para hacer de Chile un lugar más alegre, amable y con sentido del humor. Por eso pensé algunas medidas que (para mí) lograrían que nuestra querida patria sea un lugar mucho más feliz para habitar. Chile sería más entretenido si…

  1. Nos propusiéramos SIEMPRE ser puntuales. Para llegar a una cita, para iniciar una reunión y también para terminarla. Por qué ese afán que tenemos los chilenos de alargaaaaaarlo todo, medida que aplica para las teleseries y las noticias también.
  2. Erradicáramos las siguientes palabras de nuestro vocabulario; “roto”, “flaite”, “mongólico”, “retrasado” por solo decir algunas que dividen y hacen sufrir.
  3. Escribiéramos menos con mayúsculas porque ES UNA PESADEZ, respondiéramos los mails a tiempo (o al menos los respondiéramos, porque el no hacerlo es como dejar a alguien hablando solo) y discutiéramos más cara a cara y menos por internet.
  4. Dejáramos de pelar a la Teletón y de verdad hiciéramos el esfuerzo de conocer la media pega que hacen, no sólo con los niños, también con sus familias. De acuerdo con que eso debería ser trabajo del Estado, pero mientras no pase eso: ¿quién ayuda a los miles de niños con capacidades diferentes? En esta pasada, estadistas de escritorio… favor abstenerse.
  5. Conversáramos más con desconocidos. En la micro, en la fila del supermercado, en la consulta del doctor, en las plazas. Hoy el concepto de “desconocido” se asocia automáticamente a sospecha, incluso delincuente, peligro. Viva la conversa con esa persona que nunca habíamos visto y nunca volveremos a ver: nos abre la cabeza, nos ejercita en la empatía y derriba ese virus tan contagioso llamado prejuicio.
  6. Jamás se tocara la bocina para avisar que alguien llegó a una casa, respetáramos sin excepciones el paso de cebra y diéramos las gracias cuando alguien no da la pasada. ¿Cuesta tanto?
  7. Las inmobiliarias cumplieran sus tiempos de entrega y compromisos. ¿Cuál es el afán de hacernos creer en el viejito pascuero?
  8. A los mandatarios se les tratara por su nombre y no por adjetivos calificativos. El espíritu democrático que tanto defendemos, también pasa por respetar a aquellas personas que la mayoría de un país eligió, adhiera o no a sus ideas políticas. El bullying no solo está en las salas de clases, muchas veces se aprende en la casa.
  9. La gente no les tocara la guata a las embarazadas como si fueran los cachorros de tigre del Buin Zoo. Se entiende el cariño y la buena intención. Pero en verdad es invasivo y molesto que la vecina de la amiga de tu cuñada, te sobajee como si fuera lo más normal del mundo.
  10. Se prohibiera la música orquestada en los supermercados y escucháramos a Soda Stereo, David Bowie, Myriam Hernández y 31 minutos mientras paseamos por el pasillo de los yogurts. Bueno, o lo que les guste a las generaciones post 80s.
  11. Las chilenas asumiéramos que el uso del pitillo en verdad es un privilegio y no un derecho.
  12. Los políticos tuvieran que hacer un test sicológico para asumir un cargo público. Es bastante freak que a una persona que estará a cargo los trámites de una empresa, se le pida hasta el Apgar que obtuvo cuando nació, y a quien va a definir el futuro del país sólo su diploma de cuarto medio. Como dicen los argentinos… no da.
  13. Los malones fueran decretados por ley. Celebraríamos más la vida, tendríamos más amigos, sabríamos los nombres de nuestros vecinos y nuestras tarjetas gozarían de mejor salud.
  14. El Aperol o [inserte aquí su trago sofisticado favorito] se pudiera reembolsar por Fonasa o la isapre.
  15. Las empresas se alegraran por lo embarazos de sus colaboradorasy se trabajara en un política real de conciliación trabajo y familia. Soy una convencida que una mujer que puede equilibrar sus obligaciones laborales con su maternidad, cuida esa pega como un tesoro, trabajando con excelencia y eficacia.
  16. Claudio Bravo tuviera un gemelo.

Y tú, ¿qué medidas propones?