Imagen: Imagen de la serie The Office

El 60% de los chilenos considera insoportable a algún compañero de trabajo

La responsabilidad social empresarial y la ética laboral deben partir por preocuparse de los propios empleados y el clima dentro de la institución. Es en las prácticas cotidianas donde se juega la coherencia y los valores.

Por Luz Edwards @luzedwardss | 2013-08-21 | 09:44
Tags | trabajo, relaciones laborales, empleados, empresas, jefes, RSE, clima laboral, felicidad
"Es problemático cuando las relaciones laborales, carentes de horizontes normativos, deben auto-regularse. Se crea un escenario propicio para el desarrollo de acciones emocionales insanas"

El Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública (CESOP) de la Universidad Central acaba de lanzar los resultados de una encuesta sobre clima laboral y las cifras son potentes. El 60% de las personas manifestó tener en su trabajo algún compañero que le resulta insoportable, sin discriminación de género u otros. El 46% expresó estar dispuesto a hacer algo para que despidieran a quien le resulta intolerable y un 28% reconoció haber tenido injerencia directa en el despido de algún compañero de trabajo.

¿Somos todos unos mañosos? No. Los académicos participantes de la encuesta explican que las relaciones laborales remiten mucho más a la institución que a las personas involucradas. Es decir, la falla viene desde “arriba” y tiene que ver con la manera en que se trabaja en cada lugar.

Respecto del hecho específico de hacer algo para que despidan a un colega, el director del Centro de Atención Psicológica de la Universidad Central, Fernando Urra, dice que cuando las organizaciones tienen claramente establecidas las funciones, los problemas de relaciones laborales disminuyen. “Por eso es problemático cuando las relaciones laborales, carentes de horizontes normativos, deben auto-regularse. Se crea un escenario propicio para  el desarrollo de acciones emocionales insanas que comprometen logros de las secciones implicadas y de la organización misma”, explica Urra.

Fiesta estrambótica y regalitos

Estos resultados confirman algo que ya sabíamos: que los conceptos de ética laboral y responsabilidad social empresarial suenan fuerte en Chile, pero todavía no puede decirse que se preocupen de lo esencial. En lugar de enfocarse en encontrar la manera de que la empresa o institución sea un entorno agradable y propicio para el desarrollo de sus propios trabajadores, muchas veces se gasta la energía y los recursos en aportes a la comunidad (que suelen oler a puro marketing) y en actividades extraprogramáticas como comidas, fiestas y regalos.

Álvaro Pezoa, académico de la Escuela de Negocios de la Universidad de los Andes, dice que hoy las personas no se contentan con eso. En su opinión, lo que más busca la gente es consecuencia y coherencia. Si el día a día es desorganizado, si no puedes plantearle con confianza las cosas a tu jefe, si hay un compañero de trabajo que parece tener beneficios que nadie comprende, esa fiesta o regalo serán puntos en contra y no a favor del empleador, pues la persona sentirá que la están tratando de “comprar” y que está frente a una inconsistencia enorme. 

Un día a día agradable

En cambio, cuando la empresa tiene una misión interna que se basa en el bienestar de las personas que trabajan ahí y eso se materializa en prácticas concretas que ayudan a que las cosas funcionen bien, tal vez no haga falta tanto evento extra. No se respira la sensación de caos y falta de principios de acción que tanto tiempo hace perder y tantos roces provocan entre los colegas, como lo muestra la encuesta de la Universidad Central.

Si el plan de ética o responsabilidad social empresarial no comienza por aquí, todas las demás acciones –yoga a la hora de almuerzo, cursos, fiestas para los niños, reforestaciones, organización de maratones, etc.- se sentirán como un maquillaje o como medidas compensatorias.