No soy hombre. No soy madre. No soy casada. Parto por ahí para establecer que hablo desde mi sentido común y no desde mi experiencia. Creo en la familia como pilar de la sociedad y creo en ella en todas sus formas, tamaños y colores.
Uno de los modelos familiares que está tomando cada vez más espacio en nuestro país es el monoparental masculino, un tema del que se habla poco y se sabe menos. Según cifras de las encuestas Casen, en 1996, los hogares donde los hombres criaban solos a sus hijos representaban el 5% (158.806 hogares) y en 2011, la cantidad alcanzó 7,5% (375.205). La mayoría de las veces, se trata de hombres viudos (41,6%) o separados (33,4%), de clase media, y tienen más edad y más hijos que los casos de madres monoparentales, cuyo grueso son solteras de clase baja.
Desde hace más de 100 años que la mujer ha levantado una bandera de lucha para tener los mismos derechos que el hombre. A esta contienda se sumó ser respetada de la misma manera, valorada en el trabajo como su par masculino, recibir los mismos beneficios y una serie de batallas con las que continuamos lidiando hasta el día de hoy. Sin embargo, la pelea es por ser vista como un igual ante los ojos de la sociedad, lo que abre el debate en cuanto a la responsabilidad que tienen madre y padre frente a los hijos, ya que bajo ese paradigma, tampoco debieran haber diferencias.
Esta idea de igualdad parental logró dar un paso enorme hace poco cuando se aprobó la ley "Amor de Papá", luego de cinco años de discusiones y modificaciones, donde se puso a ambos progenitores en igualdad de condiciones frente a las decisiones relevantes que se tomen respecto a sus hijos, aunque no estén juntos. ¿Con quién debe vivir? ¿Puede salir del país? ¿Debe cambiarse de colegio? ¿Hay que operarlo?... Desde junio, madre y padre deben llegar a acuerdo y cada opinión es tan válida como la otra. En caso de que no logren conciliar con quién se queda el hijo, es un juez de familia quien toma la determinación basada en el bien superior del menor.
Otro avance se vio el 2005 con la creación del postnatal masculino, el cual le concede al padre que trabaja un permiso de 4 días por el nacimiento de un hijo, sumado al día que ya le otorgaba el Código del Trabajo. A partir de este año también existe la posibilidad de que la madre le traspase hasta seis semanas de descanso completo al padre en su última etapa de postnatal.
David Abuhabda, fundador de "Amor de Papá" dijo en una entrevista a CNN que el tema ahora es la fiscalización. "Nosotros culminamos el primer ciclo de esta ley con su aprobación. Ahora, en este segundo ciclo, la labor es súper delicada... Consiste en fiscalizar que ella sea cumplida como corresponde en los tribunales de familia por todos los participantes: abogados, jueces de familia, consejeros, organismo auxiliares. Lamentablemente nos hemos topado con situaciones muy complicadas, como que una abogada considere que es razonable que un niño vea dos días y medio al mes a su padre".
Problemas en el colegio para que le den información al padre, trabas para sacar certificados, jueces con criterios discriminatorios, son parte de la lista de prácticas que nosotros mismos tenemos interiorizadas y que no van acorde al camino por el cual estamos avanzando en materia legislativa.
El mismo postnatal masculino, del que sólo 317 hombres hicieron uso entre 2011 y marzo de 2013, es una señal de que no estamos logrando derribar los hábitos heredados, previos a la idea de la corresponsabilidad en la crianza de los hijos. “Todavía hay que hacer un cambio cultural, en que efectivamente los hombres pueden hacerse cargo de los niños a edades tempranas, como es una guagua de cuatro a cinco meses. Y las mujeres tienen también que cambiar esa mirada de que sólo ellas lo pueden hacer”, dijo la ministra (S) del Sernam, Viviana Paredes a El Mercurio de Valparaíso.
Este no es un tema de tribunales y que no nos atañe si es que no estamos separados y tenemos que definir cómo criar a nuestros hijos. Es sobre modificar nuestra mirada de lo que significa familia y los roles que juega cada miembro de ella. Obviamente en periodo de lactancia es fundamental que el hijo pase más tiempo con la madre y por eso se entiende que hoy conversemos sobre salas cunas en todas las oficinas con mujeres, pero ojalá el proyecto siguiente sea que existan en todas las empresas.
Cambiar el contexto es el primer paso, que ya lo hemos dado a través de las modificaciones en las leyes. El segundo paso es hacerse cargo del cambio. Nosotros podemos ser los que estamos al otro lado del escritorio poniéndole o no, trabas a ese 7,5% de hogares que quieren constituirse de una manera sana y sin discriminación. La pregunta es si tenemos clara consciencia de que así como madre hay una sola, padre también.