¿Les gusta Star Wars? (voten la frase roja para expresar su opción). Yo desde chico siempre aluciné con la trilogía de aventuras espaciales. Recuerdo cuánto me emocioné a fines del siglo pasado (que miedo decirlo así) cuando supe que se realizaría una nueva trilogía y la enormidad de conflictos que esta me trajo cuando finalmente la pude ver.
No hay para qué ahondar en detalles, pero cualquier persona que haya visto las seis películas entenderá que las tres nuevas películas -que son precuelas a la trilogía original- agregan información que no necesariamente es un aporte para la saga. De hecho hay hasta un videoclip burlándose de cómo la nueva trilogía arruinó a la anterior.
Pero probablemente uno de los problemas más grandes que surgen con el ingreso de la nueva trilogía es que ya no existe un orden correcto a la hora de ver las películas. ¿Es mejor ver Star Wars en el orden numérico o en el orden cronológico de filmación? Ahora que fui iluminado por la Fuerza, puedo asegurar que ninguna de las anteriores.
Supongo que es más que obvio el por qué alguien que no ha visto nunca Star Wars no debe ver las películas en el orden numérico: porque arruina el final de El Imperio Contraataca. Es cierto que casi todo el mundo ya sabe qué ocurre cuando termina esa película, pero primero, siempre existirán nuevas generaciones de niños que no han visto la saga y, segundo, cuando uno vuelve a ver una historia, necesita que esta funcione como si nunca la hubiera visto.
Además, sentar a un amigo que no ha visto la saga y pedirle que comience por una película mala y seguir con una no demasiado genial a la espera de que a la tercera la cosa se ponga buena es pedirle mucha paciencia de su parte. De todas formas, que el orden numérico realmente mate toda la emoción del momento más importante de la saga creo que ya es argumento suficiente.
Ver Star Wars en este orden es una experiencia frustrante. Ver las primeras tres películas que terminan cerrando perfectamente una historia para luego volver a abrirla, pero ahora terminando mal (en el sentido de que vence la maldad), deja la sensación de que el cuento está incompleto. Al terminar el Episodio III dan ganas de continuar viendo para que todo se arregle, pero como acabas de ver la trilogía antigua, parece idiota verla de nuevo. Parece imposible no quedar con mal sabor de boca al verlas así. Y si a esto le agregamos que al final del Episodio VI (en las versiones retocadas) se agregó como espíritu al jovencito que actúa como Vader en las películas nuevas, la confusión al verla en este orden (para quien nunca vio la serie antes) es total.
Esta idea no es mía, ni tampoco es nueva, pero se trata de esas ideas tan geniales que simplemente uno no puede dejar de compartir. Esto lo leí en un blog de un gringo, llamado Rod Hilton. Este genio (porque no se le puede decir de otra forma) plantea que la manera correcta de ver Star Wars, llamada “el orden Machete”, es la siguiente:
El "orden Machete" propuesto para ver la saga StarWars. IV - V - II - III - VI
Este nuevo orden, a mi parecer, es perfecto. Lo primero que hay que notar, es que el orden Machete plantea que simplemente no hay que ver Episodio I. Es que el mayor aporte de basura y ruidos molestos provienen de esta película, en la que no ocurre nada verdaderamente relevante para la saga. Es cierto que nos perdemos de conocer a Darth Maul (cuyo maquillaje es interesante aunque como personaje no existe mucho) y a Qui Gon, pero estos personajes no representan un aporte significativo para la gran historia. En cambio, por otra parte, sí nos evitamos aspectos verdaderamente irritantes aportados por la nueva saga: la existencia de los midiclorianos, la actuación insoportable del pequeño Anakin, muchísimas horas de Jar Jar Binks, etc. Pero la genialidad de este orden no solo está en el hecho de eliminar el Episodio I.
El orden Machete además tiene mucha lógica narrativa. Primero vemos el Episodio IV, el que fue creado como primer capítulo de Star Wars y que funciona perfectamente como tal. Luego vemos El Imperio Contraataca, en cuyo final se plantea la gran revelación y desafío al cual debe enfrentar Luke al final de la saga. Y cuando uno se pregunta cómo es posible que lo que se plantea en esta famosa escena sea verdad, entramos es un racconto que nos narra el cómo ocurrió todo, para finalmente, conociendo la historia de Luke y de Vader en su totalidad, enfrentarlos en la batalla final.
Uno de los aspectos que más me gustan de Machete es que siento que este orden es un verdadero aporte, porque ayuda a darle importancia y potencia al capítulo final de la saga: El Regreso del Jedi. Primero, separa narrativamente el final del Episodio V del inicio del Episodio VI extendiendo la tensión en el espectador que quiere ver el enfrentamiento final entre Luke y Vader y que rescaten de una vez a Han Solo. En segundo lugar vuelve más concreta la amenaza del emperador, ya que al ver sólo la trilogía antigua, parecía algo disparatado el que Luke se volviera al lado oscuro, pero luego de ver la caída de Anakin en el Espisodio II y III parece, si no una alternativa más factible, al menos una posibilidad concreta. Y como guinda de la torta, este nuevo orden hace que la sorpresa de la relación entre Luke y Leia se revele en una escena mucho más emocionante y dramática (en el final del Episodio III) en vez de en una conversación plana (en el Episodio VI) que daba la impresión de ser un golpe de gracia mal dado.
La verdad es que hay más ventajas (son miles) de por qué es mejor ver Star Wars en este orden y si quieres leer el completo análisis, les recomiendo leer el artículo original en este link (en inglés). Yo después de probarlo no he podido dejar de predicarlo y compartirlo, porque Star Wars es de mis series favoritas y ahora puedo volver a ver las películas de una forma que hace relucir los mejores aspectos de la historia en general. Así que lo invito cordialmente a probar de ver Star Wars en este nuevo orden y a disfrutarla a concho. Yo por mi parte, cumplo con difundir el mensaje, porque ahora sé que el Episodio I no era más que una amenaza fantasma, pues gracias al orden Machete hay una nueva esperanza.