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Cómo aprovechar la rutina de dormir para que sea más efectiva y afectiva

¿Quién no ha sufrido como padre o madre el momento de acostar a sus hijos? Para que esa rutina diaria no sea siempre una pesadilla, aquí les dejamos varios consejos.

Por Ignacia y Javiera Larrain | 2017-11-29 | 14:45
Tags | Niños, acostarlos, consejos, noche, dormir, sueño, tiempo.
“Los padres dedican en promedio 25 minutos en esta rutina (desde el baño hasta dormir), lo que se traduce en casi 3 horas a la semana, 140 horas al año, ¡casi 6 días completos!”

Son las 18:30 y Mariana se apronta para comenzar la rutina de acostar a sus hijos Marcelo y Paula de 4 y 7 respectivamente. Comienza con la comida, y como sabe que no es tarea fácil hacer que dejen lo que están haciendo, les avisa con anticipación que les quedan solo 10 minutos para terminar de jugar y deben comenzar a guardar sus cosas.

Como no reaccionan inmediatamente, los acompaña a que guarden juntos lo que estaban usando. Pasado el tiempo, les dice que es hora de comer. Algunos días la cena es un momento tranquilo (sobre todo cuando el menú es del gusto de los niños), pero otras veces se enfrenta a la primera batalla nocturna. Una vez que terminan de comer, es la hora del baño.

Primero pelea para que se metan a la tina, luego para que se salgan. Muchas veces a esto se le agrega la pelea entre los hermanos por quién se baña primero. A Marcelo lo tiene que supervisar durante este proceso pero Paula ya lo hace sola. Saliendo de la tina se lavan los dientes aunque muchas veces lo olvidan y debe mandarlos a hacerlo. Una vez con pijama puesto, se meten a la cama, les cuenta un cuento, agradecen o rezan juntos, apagan la luz y cierra la puerta.

Cada vez que llega este momento en el día siente una sensación de victoria, sin embargo, la mayoría de las veces viene acompañada de mucho cansancio, por lo que el resto de la jornada que es solo de adultos, le quedan pocas energías para poder disfrutarla.

A pesar de que suena una rutina simple y rápida, en la mayoría de los casos para los padres, que además vienen con el cansancio del día de trabajo, es una instancia larga y agotadora que requiere mucha energía.

En EEUU la empresa de pasta de dientes Firefly realizó un estudio sobre la rutina de la noche, en la que se encuestó a 1.000 padres de niños entre 3 y 12 años. Entre los principales resultados se vio que los padres dedican en promedio 25 minutos en esta rutina (desde el baño hasta dormir), lo que se traduce en casi 3 horas a la semana, 140 horas al año, ¡casi 6 días completos!

Y el 77% declaró que termina agotado. ¿Se sienten identificados?

Ante esto, la pregunta que debemos hacernos es, ¿estos son 25 minutos “gastados” o podemos buscar una manera de que sean invertidos?

En muchos casos, esta rutina es el momento de la semana que los padres tienen para compartir con sus hijos, por lo que sacarles provecho puede ser un gran aporte para la relación y la educación de ellos.

A continuación, algunas ideas para que esta rutina no solo sea efectiva, sino también afectiva.

1. Definir la hora de acostada y planificar el tiempo que necesitaremos para la rutina

Los niños necesitan cierta cantidad de horas de descanso para funcionar bien y los padres también necesitan tener un espacio de adultos, por lo que definir la hora de dormir para cada día es muy importante. A partir de ésta debemos establecer la hora en que debe comenzar la rutina de la noche. Por ejemplo, si queremos que los niños se duerman a las 8:30, puede ser bueno comenzar la rutina a las 7:00 dándoles la comida, de manera que a las 7:30 se estén bañando y así queda media hora para hacer el resto de la rutina con calma y a las 8.30 y apagar la luz.

2. Tener una rutina clara y bien definida

Los niños necesitan poder predecir y conocer de antemano lo que deben hacer, sin tener cada día que improvisar. Esto ayuda a que cumplan mejor sus tareas y que no se tenga que “invertir” energía en convencerlos de hacer lo que les corresponde. Las rutinas ayudan a que los niños automaticen algunos procesos.3. Comenzar antes si es necesario para correr menos y no agobiarse

Sobre todo si sabemos que nuestros hijos necesitan más tiempo en cada proceso, evitar apurarlos y que puedan hacer cada cosa con calma. Y a los que aún no son completamente autónomos, acompañarlos durante el proceso para que no “pierdan” tiempo y evitar distracciones.

3.Tener turnos para bañarse de modo de evitar conflictos

Si es más de un hijo, para evitar “encontrones” de quien se baña primero, se puede tener un calendario semanal donde se establece el orden de quien se baña primero.

4. Usar una alarma para que sepan cuando se acabó el tiempo de jugar

Se puede usar el celular o un reloj para establecer la hora que finaliza el juego en la casa. De esa manera los niños saben que cuando suena la campana, comienza a acabarse el día.

5. Tener dibujada la rutina y reforzar la buena conducta

Usar apoyo visual con dibujos o recortes donde aparezcan los pasos de la rutina los ayuda para reforzarla. Además, ayuda mucho tener un sistema de puntos para cuando la cumplan bien.

Hacer un calendario donde pueden ir ganando stickers o caritas felices en la medida en que cumplen su rutina. Además, usar el refuerzo positivo cuando cumplen sus tareas. Felicitarlos es el mejor estímulo para que sigan repitiendo bien una conducta. Decirles: “Qué bien te lavaste los dientes”, “Lograste ponerte el pijama solo, te felicito” o “Estoy feliz de que te saliste de la ducha sin que te lo tuviera que decir”.

6. Aprovechar de conversar en estos minutos

Mientras acompañamos al niño más pequeño mientras se baña podemos preguntarle por lo que hizo en el día, hacer algún juego. Con los más grandes que deberían tomarse menos tiempo en este proceso, aprovechar los momentos que están juntos para hablar o al ir a la cama, antes del cuento, conversar sobe su día y el nuestro.

La rutina de acostarse puede ser un buen momento para saber cómo estuvo el día del mi hijo/a y conectarnos con él/ella, sabiendo qué cosas le ocurrieron, qué le interesó o le preocupó. Para hacerlo más entretenido podemos hacerle preguntas en formato juego.

Algunas ideas: “lo mejor y lo peor de mi día” (ambos contestan); “cuéntame lo más chistoso que te ocurrió hoy”; “si pudieras cambiar una cosa de lo que pasó hoy, ¿qué cambiarías?”; “si pudieras pedir un deseo para mañana, ¿qué pedirías?”.También, antes de acostar al pequeño podemos pedir que elija dentro de una serie de caras con emociones, cuál representa cómo se siente hoy y así iniciar una conversación.

Por último, aprovechar estos momentos para regalonearlos con abrazos, besos y cariños.

Al fin y al cabo la rutina de acostarse son al menos 25 minutos que se pasan con los hijos, por eso, podemos aprovecharla para compartir con ellos y la mejor forma de hacerlo es evitando las peleas y el desgaste de la relación.

¿Qué otros consejos darías para aprovechar este momento con los hijos?