Evolución en la comprensión de la discapacidad

Aporte de nuestro lector Juan José Lechuga

Por JuanJo Lechuga @juanjolechuga | 2013-03-25 | 00:05
"Reconocemos la existencia de las discapacidades, pero no permitiremos que lleguen a definir a una persona"

La discapacidad existe. Ha existido siempre, y en las más diversas formas. En este caso, me gustaría profundizar en el tema de la discapacidad física. 

Afortunadamente, cada día estamos más al tanto de esta realidad, y de la importancia que como sociedad debemos darle, para asegurar la existencia de espacios y oportunidades para que las personas que la viven a diario tengan mayor inclusión. En este sentido, no sólo las diversas discapacidades, sino que nuestra percepción de ellas han ido evolucionando de una manera que me parece bastante positiva en Chile.

A principios del siglo XX, a quienes tenían una discapacidad física se les llamaba "tullidos". Hace unos veinte años, aún podíamos escuchar hablar de "inválidos". Luego escuchamos hablar acerca de "lisiados", para evolucionar pronto a "Minusválidos". Todos términos muy lamentables y desafortunados, por cierto. 

"Tullido" es terriblemente peyorativo y hasta insultante. Inválido hace referencia a "algo que no vale", lo cual en ningún caso resulta cierto. "Lisiado" hace referencia a una persona que, teniendo una discapacidad física, ésta ha sido resultado de un accidente. Finalmente, el término "minusválido" hace referencia a una persona que no puede valerse por sí misma o que pudiendo valerse por sí misma, lo hace en forma inferior o requiriendo ayuda de terceros.

Todo lo anterior no sólo es incorrecto, sino que además es falso.

Afortunadamente, a fines de los años noventa se comenzó a acuñar un término más acertado para referirnos a estas personas: "Discapacitados". Sin duda alguna parece ser más inclusivo y hace referencia a que una persona no vale menos ni se encuentra limitada por su condición, sino que sólo carece de alguna capacidad (por ejemplo, caminar o ver). Y si bien el término es bastante más evolucionado que sus desafortunados antecesores, faltaba un último paso para garantizar aún más la inclusión...

"Personas con Discapacidad" es el término que hoy en día se intenta difundir, y con el que nuestros amigos que la viven parecen sentirse más cómodos. Con este término, queremos decirles que reconocemos la existencia de las discapacidades, pero que no permitiremos que lleguen a definir a una persona. El destino de una persona con discapacidad no está definido por ésta última, sino que debe ser entendido como parte de ellos; como seres únicos, diferentes e independientes... tal como cada uno de nosotros.  

La discapacidad ya no es un tabú, y las personas con discapacidad lo saben. Lo viven a diario, lo conversan y cada día más de nosotros nos interesamos más en ellos y en cómo garantizar que se integren en todos los ámbitos de la vida pública y social. Hoy cada día somos más los que nos preocupamos por temas como la correcta accesibilidad, del buen uso de los espacios que garantizan la inclusión de las personas con discapacidad, y que de esta manera puedan sentir la igualdad y el respeto que todas las personas merecemos.

La discapacidad no "se sufre", sino que se vive. La discapacidad no debe verse como un impedimento, sino que como una oportunidad. Una oportunidad para quienes viven con ella de demostrar que con una correcta accesibilidad pueden gozar de la vida en igualdad de condiciones; y para quienes no la tienen, para demostrar que es nuestra voluntad y nuestro interés el pilar fundamental en la inclusión de todos y cada uno de los miembros de la sociedad.

Hemos evolucionado, pero claramente queda mucho por hacer. Los invito a compartir su percepción respecto a como se vive la discapacidad en Chile, y principalmente a expresar sus ideas e iniciativas para garantizarles a estas personas la correcta y universal accesibilidad que tanto merecen.

*Nota del autor: Una vez escuché a una madre de unos chicos con discapacidad motora pedir que no se les llamara "personas con habilidades especiales", ya que "mis hijos no tienen superpoderes ni son superhéroes", ni "personas con habildades diferentes", ya que sus habilidades son las mismas, sólo que manifestadas de formas diferentes. Hizo el llamado a reconocer la discapacidad como una realidad y a llamarla por su nombre, ya que no es nada de lo que alguien se deba sentir avergonzado. Comparto plenamente su opinión.