Una profesora de Historia sin experiencia y sin oportunidades
Por
Constanza RamÃrez | 2017-12-30 | 18:21
<p>Durante la última década un tema sobre la mesa para discutir y cambiar (o “mejorar”) ha sido la educación en todos sus niveles. Siempre escucho conversar a gente sobre lo mala que es la educación, lo cara, inaccesible y un infinito etc. Siempre escucho propuestas de personas de cómo podría mejorarse, y las he visto materializarse en el Parlamento: gratuidad, fin a la selección, carrera docente. Pero detengámonos en el último punto, la tocada carrera docente, que al fin y al cabo se convirtió en una evaluación más que te rankea como profesor. Concuerdo en que hay que evaluar a los docentes, por supuesto, pero me parece nefasto que sea el elemento que menos peso tenga al momento de seleccionar al docente que se queda con una vacante en un colegio.</p><p>Soy profesora de Historia y Geografía, titulada hace exactamente 12 meses de la universidad n°1 en formación de profesores (UPLA). Desde ese día, e incluso un poco antes, he estado buscando exhaustivamente trabajo en cualquier colegio de la Quinta Costa, con resultados bastante desalentadores. He conseguido ser llamada a entrevistas en colegios, pero comienzo a pensar que solo ha sido suerte, ya que cuando llego a la entrevista la primera pregunta que se me hace es siempre la misma: ¿tienes experiencia? (con currículum en mano), de donde solo puedo concluir que la persona que me hace esa pregunta ni se molestó en mirar mi CV. Mi respuesta lamentablemente debe ser que no, no poseo experiencia porque en todos los colegios los que postulo se me ha descartado por eso, por lo que durante 6 meses fui voluntaria en una Fundación sin fines de lucro que presta su ayuda a niños y jóvenes que necesiten reforzamiento o preparación para la PSU, sin cobrar absolutamente nada. También estuve viviendo de clases particulares a niños en exactamente la misma situación, con la diferencia de que estos sí pagaban unos pocos pesos. Hice el correspondiente seguimiento de todos estos alumnos, y un 95% de logró mejorar su rendimiento, además del cariño que me dan por el simple hecho de lograr hacer una clase de historia más entretenida para ellos, porque eso sí que es posible. ¿Cuál es el problema? No tengo experiencia como profesora en un colegio, y al parecer no soy merecedora de una. La gota que me rebasó el vaso y que me ha hecho desear agarrar mi título para quemarlo y no volver a verlo nunca más, fue la última entrevista que tuve en un colegio donde se supondría que me darían la oportunidad de hacer una clase para demostrar in situ mi valor como profesional, pero luego de 4 semanas me enteré de que en realidad la entrevista fue una primera etapa de postulación y yo no logré pasar a la siguiente etapa, que correspondía a la clase, ¿por qué?, la respuesta es obvia.</p><p>Estoy segurísima de que al menos el 85% de los colegios de este país desea mejorar el rendimiento académico de sus estudiantes y formarlos para la vida, pero parece ser que cuando llega un profesor que tiene experiencia será ese quien se quedará con la vacante, ya que este no es un mundo de oportunidades para alguien que no ha ejercido. Entramos a un círculo vicioso en donde alguien egresa de una universidad con un título, perfectamente capaz de ejercer, pero no podrá jamás porque siempre estará como requisito tener cierta cantidad de años de experiencia (pueden sumarle a esa desgracia la ilusión que muchas personas deben botar a la basura, además de que el título en este país no se paga solo ni te lo paga el Estado). En la práctica, lo que sucede en los colegios es una rotación de profesores. Si tendremos como requisito excluyente el haber ejercido la profesión, los que terminarán ejerciendo serán siempre los mismos, y no siempre será precisamente porque sean los mejores profesores, porque seamos realistas, si un profesor es bueno, en la gran mayoría de los casos no lo despedirán. Algo de razón tenía Manuel José Ossandón cuando en el debate de las primarias de Chile Vamos cuestionaba a Felipe Kast porque lo habían sacado de un Ministerio, diciéndole que “a nadie lo echan por bueno”. </p><p>No soy la única profesora de Historia y Geografía en esta situación, somos miles. Quizás el problema de fondo sea el desorientado accionar de los colegios en pos de una educación de calidad, lo que en la práctica redunda en aumentar las horas de Lenguaje y Matemática, pensando en mejores puntajes PSU y SIMCE. Jamás he visto que en un colegio creen horas de SIMCE, PSU, reforzamiento o cualquier cosa para la asignatura de Historia, pero sí lo veo en Lenguaje y Matemática, y hasta Ciencias. Matemática es la asignatura que más horas semanales posee en el plan de estudios (7), pero sumemos 2 de reforzamiento, 2 de SIMCE o PSU, ó X de electivos, y nos daremos cuenta que los niños pueden llegar a tener hasta 11 o 12 horas semanales, y está claro que el rendimiento no logra mejorar. En Historia solo tenemos 4 horas semanales, así que las vacantes para nosotros en los colegios son mínimas, pero cada año egresan miles de profesores de Historia que se suman a esta inmensa masa de desempleados amargados y muertos en vida, que darían su vida por ejercer, pero no poseen experiencia para argumentar que merecen una oportunidad para demostrar su valor profesional, y es quizás ahí donde está el anhelado cambio en la educación. Además, curiosamente a la asignatura de Historia siempre se le están agregando nuevos contenidos (los que se vienen: desarrollo sustentable y formación ciudadana), pero eso jamás ha significado un aumento de las horas, que es absolutamente necesario y urgente, ya que casi ningún profesor de Historia logra pasar todo lo que el MINEDUC le pide en tan pocas horas. ¡Y para nuestro pesar Piñera nos quiso quitar una hora en su momento! (espero que no vuelva a intentarlo esta vez).</p><p>Para concluir, me gustaría dejar a reflexión el tedioso tema de la “experiencia laboral”, ya que no es prueba de nada, ni mucho menos de calidad docente. Y si las palabras de esta joven profesora sin experiencia no tienen validez, quizás las de Einstein puedan hacer más bulla: “Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”.</p>